Segundo Encuentro con Maria Elena Candioti
Sí,
sin duda. Es difícil hacer una selección, pero bueno, creo que Platón es
imprescindible. No es justamente Platón un pensador al que yo lo he dedicado
tiempo, no lo hablo a título personal, pero me parece que iniciarse en la
filosofía de Platón te abre las puertas a la filosofía. Sin menoscabar lo que pueda haber antes de
Platón, pero me parece que es uno de los pensadores que te despiertan la pasión
filosófica. Y bueno, creo que Aristóteles también es importante. Por supuesto
que leer la obra aristotélica no es para todos; y en toda su magnitud, habrá
opciones. Pero alguna cercanía a Aristóteles, a su estilo de pensamiento, a su
manera de conceptualizar, sistematizar, de pensar la filosofía como un cuerpo
sistemático, organizado, argumentativo, me parece que es importante. Yo creo
que la obra aristotélica, aún cuando sea –me parece- de ardua lectura y no
tiene la maravilla poética de Platón (risas), muestra una manera de hacer filosofía que es
fundante para la filosofía, para la ciencia, para lo que se entiende como
racionalidad filosófica. Me parece que Aristóteles en ese sentido es
ineludible. Y después…¡qué difícil! ¡¿Cuántos habría que seleccionar?! Yo creo,
pese a que en este punto puede haber opiniones en contra, que hay cuestiones
relevantes en la filosofía medieval…Digo que puede haber opiniones en contra
porque hay planes de estudio en los que hay como un salto de la filosofía
griega a la filosofía moderna. Yo creo que hay cosas muy importantes en la
filosofía medieval: la cuestión metafísica, el problema de los universales. Lo
miro desde la óptica de la teoría del
conocimiento y me parece que sigue siendo un problema todavía vigente y que los
medievales de hecho, han aportado mucho.
Es muy difícil decir tal o cual obra, es un mundo demasiado grande…
Claro, como espacio donde emergen esos
problemas…
Como
espacio de reflexión. Yo creo que no es para olvidarlo, aún cuando en muchos
casos aparezca en ese clima de la fe; pero si nos ponemos a pensar, toda
filosofía se da en cierto contexto determinado de ideas, de supuestos que están
incidiendo.
Claro,
una cosa es eso; pero no solamente por
esa defensa. Hay aquello que Wittgenstein mencionaba como ese lecho de rocas, esas
creencias de fondo… Toda filosofía tiene una especie de base, de lecho de
rocas, que después podrá moverse, cuestionarse, pero allí está. Bueno, lo que
quiero decir es que no pasaría tan livianamente la filosofía medieval de un salto. [Pedro]
Abelardo, [Santo] Tomás, [Duns] Scoto, [Guillermo de] Ockham, me parecen pensadores realmente interesantes.
No sé si ustedes los ven en la carrera, porque es enorme, son siglos…
Nos
pasa un poco eso, empezás muy desde el comienzo y después te cuesta llegar a
los últimos autores que son, bueno, justamente Ockham, Santo Tomás, por una
cuestión de tiempo. No sé ahora que se integró una nueva profesora en la
cátedra si se pueden repartir aún más un poco los temas, pero a nosotros nos
pasó un poco eso.
En profundidad vimos San Agustín, por
ejemplo.
Bueno
yo creo que por ejemplo Santo Tomás, tiene un modo de análisis de lo que es la
cuestión filosófica, un ejercicio de un
método filosófico, que me parece buenísimo. Ante una determinada pregunta, (si
podemos conocer sin la sensibilidad, por ejemplo), analiza en primer lugar
opiniones contrapuestas: fulano dijo esto, fulano dijo lo otro…
Que es algo muy aristotélico.
Esa
confrontación de las ideas, para luego asumir: “respondo de tal forma…” a mí me parece que
como método de discusión filosófica, es realmente valioso. Es una forma hasta de organizar el
pensamiento…Hay filosofías que entusiasman (risas) y otras que son, a ver como
diría, formativas de una manera de pensar…
Que organizan…
Sí, que
organizan. Otra cosa son los tomismos dogmáticos que pudieron venir después, no
estoy hablando de eso. Estoy hablando de lo que se puede apreciar de un pensamiento
original que descubrimos en base a los textos. Esto nos permite ver en ese
clima cómo se pensaba, cómo se analizaba, cómo se confrontaba; y a mí me parece
que eso es muy valioso.
Bueno, filosofía medieval, ¿y después?
Y
después, a ver ¿qué es lo ineludible…? Es
muy difícil esto de seleccionar y saltear, eh. Yo sé que ustedes trabajan mucho
Renacimiento y me parece fantástico también. Yo no conozco mucho el
Renacimiento…
Sí, lo trabajamos con Fernando [Bahr]
Sí, lo
sé. Como no conozco en cierta
profundidad esa etapa no podría señalar
con fundamentos tal o cual lectura; pero creo que es un momento importante como
gestación de la filosofía y la ciencia moderna. En
filosofía moderna, ¿qué es imprescindible?… Estoy tratando de pesarlo mirando
no sólo los que me impactaron a mí…
Esa es otra pregunta.
Bueno,
me parece ineludible Descartes, estoy diciendo absolutamente lo obvio, pero es
así. Y Kant.
¿Hume no?
Sí, Hume también. De idealismo alemán, y lo digo con
todo respeto por ese pensamiento- sé muy poco. Reconozco que ha tenido un peso
histórico enorme, pero no he tenido un acercamiento a los textos como para priorizar alguno de ellos. Cuando estudié me
entusiasmó Schelling por ejemplo, esa dimensión estética de su filosofía…; pero
la verdad que estaría hablando muy en el aire si intento señalar textos. Entiendo
que Hegel es ahí tal vez la figura históricamente más fuerte….Tomen esta
indefinición como un límite personal. Me
ha resultado difícil meterme adentro de ese pensamiento cuando me he puesto a
leerlo y estudiarlo… He tratado de ser
disciplinada y leer…pero realmente hay filosofías que a uno lo atrapan y otras
que no.
…que son como el Mar Muerto, que te
sumergís y te vuelven a traer a la superficie…
Pero
tratás, tratás de comprenderlo, porque te
resulta inaceptable no poder entrar del
todo en una forma de pensar. Pero te das cuenta después, cuando lo querés volcar en una clase o lo que fuese, que algo
te faltó en la comprensión, tal vez en
la captación del núcleo, de lo que le da
sentido a esa filosofía y que te permite, aunque no estés de acuerdo, interpretarlo.
Éste es el problema. Me parece que uno entiende -así estés en total
desacuerdo- cuando se capta qué es lo que está preguntando un
filósofo y con quién se está peleando; cómo
se argumenta a sí mismo y cómo está argumentando a otro. Bueno, eso es lo que
me costó entender del idealismo alemán.
¿Qué
otros…? me parece que va a ser una lista demasiado larga…Estoy mencionando los
textos que me parece son los que tiene
que ver un estudiante de filosofía,
haberlos leído aunque sea alguna vez, aunque más no sea para esa experiencia
que les acabo de contar respecto al idealismo alemán. Creo que tiene que intentar conversar con
ellos, después decide si sigue o no. Marx es otro de los que tiene que ser leído (silencio). A mí
Nietzsche me atrapó allá lejos y hace tiempo, después me enojé con Nietzsche. Una cosa es cómo escribe, que es fascinante, y
otra su propuesta. No me convence lo que
dice Nietzsche, pero creo que hay que leerlo. Bueno, en lo contemporáneo hay un
abanico tan grande que sin duda se van a
mezclar mis opciones personales a la hora de mencionar .…Creo que hay que
tratar de penetrar un poquito y de discernir ese abanico y luego hacer ciertas
opciones. A ver, no podés ponerte en
profundidad en todos y cada uno de ellos, por eso es tan difícil poder abordar
una cátedra como contemporánea. Porque no tenés un trabajo de historiador ya hecho,
una tradición, un canon. En filosofía contemporánea tenés que estar incluso corriendo
detrás de las publicaciones últimas como para actualizarte. Esto es lo que me
parece a mí, chicas; estoy hablando no desde el deber ser, sino desde mi manera
de entender las cosas. Empecemos: creo que hay que leer algo de filosofía
analítica…
¿Por ejemplo?
Carnap,
por ejemplo. Y por supuesto, Wittgenstein.
Creo que hay que leer también algo de pragmatismo… Creo que hay que leer
fenomenología, creo que hay que leer hermenéutica, creo que hay que leer
Foucault. ..Creo que hay que leer a los italianos que están trabajando ahora en
biopolítica… Bueno, es enorme el panorama y, en serio, hay que tomar ciertas
opciones… Una vez que se vio este
panorama hay que decidirse a estudiar más a fondo uno o dos autores como para
poder reconstruir su pensamiento. Es muy
difícil tener quince, veinte obras y
penetrar en sus propios lenguajes, para luego hacer tu propia síntesis
de todo…; es difícil. Las cátedras de contemporánea muchas veces se han armado
con dos o tres profesores para poder cubrir distintas áreas, donde cada uno
pueda responder de la suya. En cuanto a mis opciones personales, para mí el
camino de la filosofía contemporánea fue fundamentalmente a través de Husserl,
y Merleau-Ponty. Últimamente he
trabajado Putnam y el neo-pragmatismo; pero si Putnam me ha interesado es justamente porque convoca también a una apertura a ciertas tradiciones, y señala en especial la
necesidad de consultar con la fenomenología…Veo una convergencia importante en
ciertos temas. Me interesó porque
algunos de los problemas que a mí me quedaban pendientes de la fenomenología vi
que se abordaban desde esta otra perspectiva, desde otro marco teórico, desde
otra tradición, y era entonces interesante
ponerlos en confrontación. ¿Quiénes pesaron en mí más fuertemente?
Claro, esa era la pregunta, las
influencias.
Husserl
y Kant.
Y cronológicamente, Husserl y después
Kant, o con Kant desde que te encontraste…
No sé,
no podría decir cuál fue para mí primero…cronológicamente y qué importancia les
di. Yo venía de la Universidad Católica
como ya les comenté, y para nosotros lo fuerte era tomismo, un tomismo que
intentaba ser renovado, que era interesante. Y un poco la cara visible de eso
era Raúl Echauri, quien seguía la línea de Gilson…
Nosotros leímos un texto de él, sobre
Parménides, el ser y la existencia…
Sí.
Echauri trabajó además mucho Heidegger, pero su corazón era tomista; o era un
tomista que miraba a Heidegger. Estas
eran cosas que discutimos bastante; él era un profesor de esos con que uno
discute. La formación de la facultad, si queremos hacer cronología, bueno, era básicamente
tomista; pero teníamos profesores que
abrían otras líneas…Y Heidegger, en ese momento, se trabajaba mucho; teníamos Heidegger hasta
en la sopa (risas). Sí, sí, sí; aunque nos presentaban cada uno distintos
Heidegger: uno era el de Echauri, otro el de Nimio de Anquín, un profesor muy reconocido que venía de
Córdoba… Y estaba también, ustedes lo conocen, Rubén Vasconi. Yo les comenté ya alguna vez….
Sí, que él daba Antropología filosófica.
Y
bueno, ahí veíamos las nuevas líneas en
filosofía. Yo me fijo en las fechas en las que Vasconi nos estaba dando esto, Merleau-Ponty,
Marcel, Heidegger, y me doy cuenta de
que sacaba los libros fresquitos, en cuanto se iban publicando…Bueno, esa fue
una formación interesante.
Y después Husserl.
Y
después, cuando empecé a investigar acá en la Universidad del Litoral (yo les
conté que en aquella época se abrieron los grupos de investigación) empecé a trabajar más a fondo Husserl; mi tema
era la Quinta Meditación cartesiana, el tema de la intersubjetividad.
¿Te había quedado algo pendiente de tu
carrera? o sea, ¿habías visto algo de Husserl y te quedó ahí?, o ¿por qué con
Husserl?
A mí
siempre me han gustado las filosofías más de tipo argumentativo, de fuerte
tendencia racional digamos; por eso me gusta Husserl, por eso me gusta Kant;
por eso Nietzsche me gusta como escribe, pero no me convence… Son inclinaciones que uno
tiene. A Husserl lo había estudiado poco, y no era la parte más interesante de
Husserl lo que vi en la facultad. Pero el que me sugirió el tema cuando yo le
dije que me gustaría trabajar fenomenología…
(A veces uno se engancha con los
temas por discusiones que tiene con sus compañeros…)
Sí, por algunos momentos que uno cree
que son casuales…
Sí, a
lo mejor una discusión que salió hoy y te resultó interesante…Y bueno, el que me lo sugirió el tema fue Virasoro. En
ese momento –te estoy hablando del año 71- esta Quinta Meditación cartesiana
era prácticamente una cuestión sin
trabajar, al menos en castellano. Se había perdido la traducción de Gaos… Hoy
el tema de la intersubjetividad está absolutamente trabajado pero en ese
momento era un tema todavía poco explorado… Y bueno, me puse a investigar eso,
fui luego al tema del “mundo de la vida”, de las otras obras de Husserl.. Y sí,
me atrapó, me pareció un pensamiento muy convocante.
Y
respecto a Kant… Durante los años y años y años en que he transitado la teoría
del conocimiento, siempre me pareció Kant realmente un pensador genial, alguien
que dio vuelta la filosofía; que no es simplemente una frase hecha la del giro
copernicano. Me parece que realmente es un referente ineludible. Y un clásico, hoy se sigue trabajando Kant, y
hay nuevas lecturas de plena actualidad.
Sí, y
la Fundamentación de la Metafísica de las
costumbres, no solamente la teoría del conocimiento. Y también la Crítica
del Juicio…Yo creo que seas o no seas kantiano, la filosofía contemporánea
no puede dejar de considerar a Kant.
Entre los que me olvidé de mencionar respecto a lo que habría que leer, creo que hay que tener en cuenta a Habermas. El
pensamiento de Habermas es muy esclarecedor, porque también tiene eso de analizar distintas líneas para luego
discutirlas, cosa que no debe hacernos ahorrar leer esas otras líneas ¿no? Con esto quiero decir que Habermas es uno de
los filósofos que- a mi juicio- introduce al lector en la filosofía contemporánea, exponiendo
distintas concepciones para su discusión y tomando de ellas lo que le parece adecuado.
Después queda en tu responsabilidad filosófica ver cómo las leyó, ver si tiene
razón en esa interpretación; creo que
hoy es uno de los filósofos más importantes. No sé por qué lo pasé por alto antes; por resultarme familiar a lo mejor, porque yo
lo he leído mucho. En síntesis, me
parece que hoy no se puede dejar de considerar, aunque no para volverse necesariamente habermasiano. Eso
cada uno verá si le resulta convincente. Como hay que leer a Rorty, no? Creo
que también hay que leerlo.
Hay tantos… (risas)
Hay
muchos, sí, por eso les digo, hablar de filosofía contemporánea es complejo. No
sé qué autores trabajan ustedes.
La línea analítica; al menos en nuestro
año con Dante [Klocker] trabajamos Heidegger, después en la línea analítica
vemos Frege, algo de Russell, Wittgenstein, Carnap…Actualmente dan algo de
Sartre, de Foucault y no recuerdo que más…
Bueno,
Sartre es muy interesante también. En nuestra época de estudiantes Sartre era
la figura más mediática tal vez; la que circulaba con más fuerza. Se
representaban obras de teatro, se leían había novelas, tenía otra llegada. Era además
la figura del intelectual comprometido que formaba opinión.
Pasamos a la pregunta siguiente que
tiene que ver con filosofía y la formación académica en filosofía. Hay dos
tipos de pregunta, o tres en realidad. La primera es un poco general y es ¿qué
pensás de la formación filosófica en la universidad argentina? Quizás a partir
de alguna experiencia…
Eso me
deja pensando hasta dónde llega mi conocimiento; conozco sólo algunas.
O quizás conoces relatos de otras
experiencias…
Esa
pregunta creo que tiene distintas
dimensiones; una cosa es la formación filosófica, que probablemente sea lo que ustedes
me están preguntando, en las carreras de filosofía; pero también cabría preguntarse por la
formación filosófica en otras especialidades, lo cual es un tema más difícil y
más discutido porque en ese caso no se
trata solamente de ponerla en el plan de estudios sino de pensar cuál es la
entrada específica que la filosofía tiene en cada carrera. Y eso no dejen de
preguntárselo porque ustedes no saben dónde van a tener que desempeñarse…No sé
si la idea de ustedes o de la mayoría es hacer docencia, pero docencia en la
carrera de filosofía la hacen algunos y otros van a la carrera de derecho, de
ingeniería, de matemáticas, de ciencias de la educación…
¿Y qué nos podés decir de eso?
He
pasado por las dos cosas, por eso he tenido la pregunta. Por supuesto siempre
es más fácil dar clase en la carrera de filosofía, más fácil en este sentido:
ya tenés una batalla ganada, porque el que está ahí es porque le gusta la
filosofía. Tenés otro tipo de trabajo que es el de profundizar tal vez más en
los temas.
Sí o quizás también después con alumnos
más avanzados el lenguaje que hablás, no tenés que explicar, no tenés que dar
cuenta de…como que hay supuestos.
Ese es
justamente el punto: cuando das clases en otras carreras hay una primera
barrera que es el lenguaje, son lenguajes distintos, y como ustedes saben,
lenguajes distintos significan distintas formas de vida y de pensamiento y de
criterio… yo creo que esa es la principal dificultad en que hay que verse.
Darse cuenta de que el modo de pensar, de hablar del estudiante de otra carrera
no es el mismo que uno de filosofía.
¿Y qué función creés que puede tener una
materia de filosofía en una carrera diferente, como ingeniería, etc.?
Y en
primer lugar te diría la formación crítica, un estudiante universitario no
puede ser un mero profesional de lo técnico…
Hombres de hechos…
¡Claro!
Es lo que dice Husserl respecto a
quienes se restringen a situaciones de hecho, sin cuestionarlas…Además lo que
señala Kant en El
conflicto de las facultades … Cuando el hombre no tiene madurez –madurez en
sentido kantiano- lo que busca es que el médico, el psicólogo, el técnico, el
sacerdote, le den las respuestas hechas; de ahí que hay ciertas facultades que
parecen encargadas de formar profesionales capacitados para proporcionar estas
respuestas. ¿Pero la formación en la capacidad critica que permite juzgar y
tomar decisiones? …Lean ese texto porque realmente es muy sugerente. En definitiva sin esta capacidad crítica,
¿qué estamos haciendo en la universidad? O reproduciendo lo que la sociedad
está exigiendo según pautas establecidas, o lo que le interesa al “príncipe” o
a las clases dominantes –Lo de las clases dominantes tal vez no sea el lenguaje
kantiano…
Pero Silvia [Schwarzböck] también una
vez nos decía que Kant se daba un poco de cuenta…
Claro…También se refiere a las aspiraciones de los padres,
según las pautas y valoraciones vigentes.
Es decir, lo que se busca es responder a intereses que no son precisamente el
interés crítico que cualquier profesional universitario tiene que tener. Yo
creo que la filosofía tiene fundamentalmente esa dimensión: más que aprender el
pensamiento de tal o cual autor…uno siempre puede entrar -a través de un autor,
de un texto- a un análisis de lo que está haciendo como propio, del propio
saber; a un posicionamiento crítico ante la sociedad, sus pautas, sus
valoraciones. La filosofía siempre apunta a eso: tomar distancia respecto de lo
instituido y poder tener una mirada crítica. Yo creo que en otras carreras la
función fundamental de la filosofía es esa. Por eso me parece que no se puede ir con una filosofía armada,
cocinada, que se la tienen que aprender de memoria, porque con eso vas al fracaso.
¿Y tendría que ser también adecuada para
cada carrera…?
Y yo
creo que hay que partir de cuáles son aquellos intereses donde ellos ven que
hace falta esa pregunta crítica.
¿Tomaría la forma de una epistemología?
Sí, en
parte. No sólo eso. Recuerdo que cuando
trabajaba en la Facultad de Derecho, con
los alumnos que recién entraban a la Facultad, empezaba las clases preguntando, por ejemplo:
o “¿cuál es para ustedes el objetivo de la carrera?”. “Ser un buen abogado”-
decían casi todos Pero ¿qué es ser un
buen abogado? Me ha pasado muchas veces que respondieron: ganar los juicios,
tener un estudio exitoso, la palabra justicia salía poco y nada (risas). En
serio, es interesante hacer esas preguntas. Les estoy hablando de muchos años
atrás, no quiero decir que todos querían lo mismo, pero a mí me ha pasado eso.
Bueno… ¿qué es la justicia?, es de esas palabras que todo el mundo parece saber
qué significa. Y un poco “socráticamente” volvía sobre el término: pero
¿qué es la justicia?, para que se fueran
abriendo cuestiones filosóficas. Por eso
digo, no es sólo un análisis epistemológico; es poder un poco cuestionar lo
obvio, porque eso obvio es lo que te está condicionando en la manera de
entender tu profesión, tu manera de estar en la sociedad. También tu relación al saber, y aquí si, llegamos a lo epistemológico.
El recurso a lo epistemológico sí lo usaba más cuando tenía una carrera como
ingeniería química o matemática y física. No hay recetas en esto, no hay
recetas. Me parece que se trata de poder sacudir esas convicciones demasiado
instituidas para lograr una mirada crítica y permitir justamente el dialogo. Eso ya lo hemos conversado otras veces: no
hay filosofía sin diálogo, sin discusión. Una filosofía con un cuerpo ya armado
dejó de ser filosofía, murió como tal. Digo un cuerpo cerrado; no estoy hablando del carácter sistemático o no. Hay
filosofías que son más sistemáticas otras que no; y no es contra el carácter sistemático lo que
estoy diciendo ahora sino contra el
carácter de lo cerrado, de lo que ya no
se discute más; de lo que se afirma que es así porque es así.
La docencia en ese caso sería como un
lugar en el que se desarrollaría esa discusión.
Sí,
creo que es el lugar donde no solo los alumnos aprenden sino también los
docentes aprenden. Y donde hay que tener un enorme cuidado, porque la reiteración es siempre un riesgo. A todos
nos ha pasado, lo hemos conversado con los colegas y le puede pasar a cualquier
ante las exigencias de preparar una clase.
Al no tener mucho tiempo recurrimos a lo que ya preparamos el año
pasado. Y todos lo hemos hecho; pero hay que tener cuidado de que no se convierta
en una especie de paquete ya
armado. Y puede
suceder que llegue un momento en el que vos no sabes si lo que
estás diciendo es realmente Kant o tu versión de Kant, pasada por esos apuntes
y repetida múltiples veces. El texto, la
discusión con el texto, me parece que en este sentido es fundamental. A lo
mejor lo leíste diez veces pero….siempre surge algo nuevo. Más de una vez, con un libro que todos los
años trabajo en clase, como es la Crítica
de la razón pura, me ha sucedido que por allí salta
una frase, una palabra que no había visto hasta el momento, aunque lo había leído
80 veces antes. No le había prestado la suficiente atención; porque hay cosas que uno las puede ver sólo cuando ya pasó por otras; o porque leíste
otro autor que señaló un problema que te
había pasado desapercibido. Por otra parte, hay que poder reconocer las limitaciones de cada uno. Y lo que no se
sabe, no se sabe. Hay que poder decir no sé. Y los alumnos valoran mucho en
general, me parece, cuando uno dice “esto no lo sé”. Imposible saberlo todo,
hay que decirlo, es mucho más honesto. Bueno esos son como “consejitos” para
dar clase.
¿Qué diferencias encontrás entre tu
propia formación académica y la formación cuando vos cumpliste el papel de
docente? ¿Si notaste cambios de materias, por ejemplo?
Y
sí. De materias sí, y eso tiene que ser
así. Que haya cambios de materias me parece que tiene que ser así porque hay
que estar atentos a los cambios, a los problemas contemporáneos, a la movilidad
de disciplinas también. No son las mismas disciplinas las que se veían antes
que las que se ven ahora. Epistemología no había en mi carrera, por ejemplo. Después
me dediqué todo el tiempo a epistemología pero no era una materia que estuviese
en mi plan de estudios. Filosofía del Lenguaje tampoco estaba.
¿Estética? ¿Filosofía de la historia?
Esta
última no; y es una materia interesante. Estética la vimos muy bien. La vimos
con Rosa María Ravera, quien luego se dedico a la semiótica. Hay que estar
atentos a cuáles son los problemas. No creo que haya ninguna fórmula, ni que
pueda decirse: éste es el currículum ideal para filosofía. Sí creo
que hay que mantener las historias, a las cuales yo le daría un año completo a cada una.
En la nuestra es así pero hay otras
universidades en que no.
Sí, en
algunas universidades son cuatrimestrales. Cuando yo cursé, (no significa que
sea el modelo, simplemente les cuento lo que era), se daba, por ejemplo la historia de la filosofía antigua, y como una materia paralela, “Comentario
de textos de filosofía griega”. Hacíamos
el desarrollo teórico y después como otra materia, -que se rendía aparte y
demás-, se leía el texto en clase. Una especie
de taller de lectura. De medieval, de moderna, de contemporánea; de las cuatro
historias teníamos el correspondiente taller. Eso es bueno. Porque no es lo
mismo decir Kant dice esto, esto y esto, que estar en clase discutiendo. Es
como redoblar la carga horaria y las entradas a la materia.
Otra
cosa que veo como distinto, digo a grandes rasgos, es la formación en idiomas
clásicos. Ahora veo poco. Hay carreras que no tienen. En la UBA hubo un momento
que tuvo una fuerte carga horaria de idiomas clásicos y después ya no... La formación en idiomas clásicos es algo muy bueno.
Y por supuesto en idiomas contemporáneos; pero eso sí en general se atiende en
casi todas las carreras.
En
cuanto a las materias, insisto, habrá que estar atentos a por dónde se va
moviendo la filosofía, cuáles son los temas que justifican que se le haga un
espacio propio. Ni siquiera hoy podemos decir que sean tales, tales y tales las
disciplinas filosóficas; han aparecido un montón de disciplinas nuevas y bienvenido que así
sea; y del mismo modo se conformarán otras, seguramente.
En
cuanto a la formación que se da en
distintas partes del país... No sé hasta
dónde llega mi conocimiento sobre eso. Creo que la UBA sigue siendo un
referente importante, porque además hay muchos institutos de investigación;
deben tener bibliotecas que nosotros [no tenemos]… y tienen otra tradición. La
Plata creo que también es un lugar importante; Córdoba, y más que eso no
conozco cómo están funcionando. No quiero decir que las considero menos,
simplemente no conozco. No conozco como se está trabajando en Cuyo, por
ejemplo.
Hace
años, años y años que no trabajo en la Católica, así que no conozco mucho la
situación actual. Sé que tienen una Licenciatura. La verdad no quiero entrar en
un terreno en el que no puedo opinar demasiado. Y en UADER más que la formación
que se da (porque tampoco conozco el plan) conozco a la gente que está
trabajando. Son en buena parte los mismos
que están trabajando en la UNL, Gerardo [Medina], Dante [Klocker], Manuel
[Berrón], Ricardo [Cattaneo], Manuel [Dahlquist]. Respecto a
los otros … Sé que Lambruschini está en la carrera. No sé si lo conocen; él ha venido varias veces a seminarios,
jornadas. No a dar cursos, sino a
escuchar y a participar en discusiones.
Por
otra parte, y más allá de los planes, una cosa que veo y que hace unos cuantos
años no se advertía - al menos esta es
mi impresión personal- es que ahora hay una cierta planificación de
la futura carrera de investigador por parte de los estudiantes. Antes no
soñábamos eso.
¿Qué soñaban?
Creo
que pensábamos más en… No es solamente lo que nosotros queríamos, sino lo que
se daba como más visible… Creo que la meta
de la mayoría, no digo de todos, era dar clases y hacer investigación en
función de eso. A la carrera de investigador se presentaban pocos; me parece
que se pensaba en eso después de la
titulación. Pero eso también tiene que ver no solo con un cambio espontáneo en
la mentalidad sino por las exigencias que te presentan para entrar a la carrera
de investigador. Si esa es tu meta, es lógico que se vaya pensando desde antes.
¿Estás de acuerdo en que sea tan pronto,
que los tiempos sean tan apurados?
Yo creo
que a veces son muy apurados; pero no
solamente en filosofía es eso. En otras carreras hay quienes no se presentan a
rendir si no apuntan al diez, por
ejemplo, porque saben que el promedio para las becas les puede funcionar. A ver,
yo no creo que esté mal mientras no sea forzado o se convierta en el
mercado; no sé si soy clara en eso.
Pero necesariamente parece funcionar de
esa manera…porque tenés que estar produciendo resultados…
La
cuestión es que no sea el papel por el papel. Me parece que hay personas que
tienen esa capacidad de producir, que pueden hacer buenos trabajos, serios. Y
eso está bien, porque sino ¿cómo mostrás
que tenés capacidad para hacerlo? Ahora,
hacer un papelito porque lo tengo que
presenta para hacer número… Hasta creo que en eso están equivocados, porque no se mira el alto de papeles sino la calidad
del trabajo. En eso sí diría que hay que tener cuidado de no caer en la desesperación, y presentar
cualquier cosa porque necesito el papel.
¿No se corre un riesgo? Es una opción y
que se puede manejar; pero a la vez se puede estar corriendo el riesgo de verse
transformado por todas esas prácticas que uno tiene que cumplir.
Yo
creo que son opciones. Ustedes verán entre sus compañeros quiénes dicen: “esto a mí
no me interesa; yo prefiero esto otro. No me voy a esclavizar en un sistema en
el que tenga que estar continuamente produciendo, produciendo, produciendo.” Hay quienes están interesados en una carrera de
investigación estructurada, y que tienen capacidad productiva y les encanta; y otros que dicen no, esto no es
para mí. Son opciones personales. Yo lo único que les puedo recomendar es que
no caigan en la trampa de hacer el papel por el papel, porque eso así no sirve;
con el tiempo, eso se advierte. Ser serios en lo que se hace; es lo único que
les puedo recomendar. Tiene que ver con decisiones personales, con capacidad y
seriedad para hacerlo. Y no es la única posibilidad en filosofía; también hay que tener
presente eso. Uno puede hacer filosofía en la cátedra, y puede investigar
también sin ser investigador del CONICET. Hay opciones. Uno tiene que pensar:
esta opción me va a exigir esto y esto ¿puedo?, ¿quiero? Me parece que pasa por ahí. Yo no soy nadie
para dar consejos de vida.
El problema, imagino, de la salida laboral
del que está estudiando filosofía, es un problema que existió siempre…
Hay
que ser bueno en lo suyo y eso es para filosofía, para abogacía, para
ingeniería, para los contadores, para los dentistas y para todos.¡ Cuánta gente
se ha recibido de dentista, por ejemplo-
y no tienen trabajo! Eso sabemos que es
así. Eso es otro problema que pasa por la planificación de la universidad, me
parece. El hecho es que no solamente se trata de un problema de la carrera de
filosofía. Creo que en eso hay un cierto mito, hay ciertas carreras que
suscitan la pregunta: “¿y en qué vas a trabajar?” Y los papás se preocupan
mucho.
Por algo hay esa preocupación, donde
está la base de que el camino de abogado es más fácil que el que estudia
filosofía…
Yo
creo que son construcciones y
valoraciones sociales. Pero se ve que no es tan así. En general no he visto
problemas de trabajo para la gente de filosofía. Por supuesto, como toda carrera está lo que cada uno se propone. Si vos querés ser de repente titular de una
cátedra de contemporánea en la carrera de filosofía, y no… Hay que pasar por
varias instancias previas para poder acceder a esos cargos. Pagar el derecho de
piso, como se dice. Hay que hacerse; hay gente que no consigue trabajo porque
parece ser muy selectiva: que esto no es para mí, esto no es lo que yo quiero…
Y no, en principio no encontrás todo lo que querés; es así. No es que van a
salir y mañana ya tienen todo resuelto…Algunos sí, ya se vienen preparando para
entrar en becas, etc., etc. y encuentran continuidad. Pero también me parece
que … ¿poner todas las expectativas
en eso? Puede ser frustrante, porque hay cupos y la torta es limitada. Personalmente no creo que esté mal aspirar a
las becas; al contrario: se te dio la oportunidad de estudiar tres, cuatro años
más…Pero hay que abrir la cabeza a otras posibilidades, tener varias velas
prendidas (risas). Y la docencia también
es un poco así; uno aspira a tener todas las cátedras, todo el trabajo en un
mismo lugar; pero al principio, hay que
tener acá, pero también un poquito allá,
por si esto es
sólo un reemplazo y se acaba pronto. Pero en ese caso al menos ya te conocieron
en dos lugares diferentes. Me parece que hay que pensar que... la carrera es
eso: es sacrificio, estudio, disciplina, y que uno tiene que hacer lo mejor posible en el lugar que le tocó o pudo acceder. Y si sos
bueno, vas a tener trabajo. Yo no veo que sea un serio problema en filosofía. Y tener como alternativa distintos lugares: en profesorados, en el secundario,
en otras carreras. Nadie puede aspirar a acceder directamente a un trabajo
definitivo; además enseguida tampoco vas a vivir con un trabajo de una
ayudantía. Para poder ir haciendo carrera en una materia tenés que ir pasando,
formándote al lado de otro que arme la programación, que te sugiera textos. No se puede entrar de
golpe; eso es lo más angustiante que te puede llegar a pasar. Hacer un programa
solo, si no tenés una experiencia en
otros grados, niveles, o cargos, se hace muy difícil.
¿Pensás que un filósofo o alguien que se
dedica a la filosofía se puede comprometer con ciertas convicciones políticas o
puede vincularse prácticamente con la política?
¿Por
qué no? Poder, puede. Puede optar hasta por cargos políticos, ¿por qué no? No
sabría dar ninguna razón por la cual no. Depende como se entienda la política
también…
…y la filosofía
Y la
filosofía, claro. Si vos entendés que ser diputado, senador, legislador o lo
que fuese de un partido político es votar a cuerpo cerrado, ahí creo que entramos en problemas. Porque ya no
tenés criterio, no tenés posibilidad de pensar. Por eso depende de cómo se entienda la participación política. Yo creo que
representar un partido político no necesariamente significa levantar ciegamente
la mano por el sí o por el no que mandan desde arriba. Repito, es mi opinión y
es mi manera de proceder incluso en pequeños ámbitos políticos, como el consejo
de una facultad. Creo que ese es también un ámbito político. Yo he sido
consejera y me ha tocado a veces aclarar
mi posición: no voy a votar en contra del
otro, perteneciente a otra lista, simplemente por ese motivo, porque
estaba en la otra lista. Así yo no entiendo las cosas y no voy a aceptarlo. Me
parece que tiene que ver con eso.
Lo que pensábamos era, si te parece que
una persona que se dedica a la filosofía se podría vincular o comprometer
prácticamente con la política o ese compromiso implicaría un abandono del lugar
del crítico.
Es que
yo creo que en “política” no tiene por qué abandonarse la tarea crítica y una
cierta independencia de criterios que incluso permita discutir dentro de su
propio grupo lo que fuese. Si por político entendemos una bajada de línea de la
que no te podes mover, creo que allí
si puede armarse un conflicto con
la posición crítica que la filosofía siempre exige; por lo menos, es mi manera de entender la
filosofía. Creo que el político no tiene por qué ser un ciego soldadito.
¿Del mismo modo el que se dedica a la
filosofía no tiene que ser un mero contemplador de la realidad?
Yo
creo que se hace política de muchas formas. Voy a recurrir a Derrida en este
caso. La filosofía es oblicuamente política. No es que directamente esté
ejercitando la política, pero cuando estás en la clase, cuando estás en tu
trabajo, cuando estás participando en un debate… es ya una forma de
participación política, según una manera de pensar. Me gusta esa frase de
Derrida: “es oblicuamente política” ¿Eso quiere decir que te desentendés? ¡No! Quiere
decir que hay distintas instancias de participación ciudadana, política.
Sí, como que tener un discurso ya es
posicionarse de algún modo.
Yo
creo que sí. Cuando tomás una postura frente a la educación, por ejemplo.
Cuando actuás como educador -hablo de educador porque es lo que me tocó ser a
mí- ya eso, oblicuamente tiene una incidencia política, no es neutral. No es
neutral porque es una forma de entender la vida, la sociedad, las
interacciones.
Y con relación a esto, la pregunta que
nos hacíamos es ¿cómo pensas vos de la idea de Husserl del filósofo como
funcionario de la humanidad?
…siempre
que le saqués a la palabra “funcionario” esa connotación tan negativa que tiene a veces en nuestro
contexto.
Bueno, responsable de pensar los fines
de la humanidad.
…porque
en nuestro contexto lingüístico y vital, “funcionario” muchas veces connota la
idea de burócrata. No, eso no. Ahora, si lo formulamos de otra forma: “está en
función de los fines de la humanidad”, ahí ya me parece que tiene otro valor y
que lo que indica es ese compromiso en la praxis. Pero el compromiso en la
praxis no necesariamente tiene que ser….
Estar afiliado a un partido…
Partidario,
claro. Lo que pasa, bueno, me parece que tiene que ver con esa idea de que no
podemos partirnos entre racionalidad teórica y, por otro lado, la práctica. Y
mantenernos indiferentes y neutros. Hay valoraciones, hay maneras de entender
las cosas, hay acciones y teorías que hacen un núcleo donde no hay cortes.
Recuerden la frase aquella de Husserl: “la razón no se divide en teórica,
práctica y estética”; la razón es una. En ese sentido, “en función” me gusta
más que decir “funcionario”.
¿Y eso no pone a la filosofía en un
lugar pareciera como superior o primero en una cierta jerarquía en relación con
otros tipos de conocimiento?
Creo
que puede sonar así: que tiene que pensar los destinos de la humanidad. Pero
podemos leerlo en clave más humilde, diciendo: el filosofar tiene un sentido y
es pensar el sentido de la humanidad. No que está pensando por los otros… sino
que esa es la razón de ser del filósofo. Me parece que eso es lo que quiere
decir Husserl. No quiere decir que otros no puedan pensarlo y que es el único que
piensa y determina cómo son las cosas y los otros lo siguen. Yo creo que se
puede leer en otra clave; y sobre todo en el contexto de la vida y la obra de
Husserl. No ha sido una filosofía que se halla vinculada a bajadas de línea de
otro tipo. Si el filósofo no piensa en función de esto ¿en función de qué está
pensando? Si no piensa en función del sentido de la humanidad, en todos los
aspectos que esto implica, cuál es su tarea? No sé si es que yo lo quiero leer así, pero de esa forma
me parece aceptable: la razón del pensamiento filosófico es pensar el
sentido de la humanidad. No funcionario en el sentido del que ejerce la
función, el poder y baja línea. Así no lo aceptaría; de ninguna manera. Pero no
creo que sea el significado que le da
Husserl; y esto me parece leyéndolo en su contexto, no porque se me
ocurra. Piensen que permanentemente está haciendo referencia a la búsqueda de
sentido, a la búsqueda de la verdad como búsqueda de sentido; y esa es la
pregunta del filósofo y ése es el tomar distancia ante al mundo tal como está
instituido. Considerando así que la
actitud del filósofo es la actitud de la epojé, creo que hay que pensar dos
cosas: una, cómo entendemos esa epojé; y la otra, que no es el filósofo aquel personaje que está
en las nubes mirando desde el plano teórico, sino que su función romper con lo obvio, con lo instituido. Por
eso tampoco puede ser el burócrata prendido al poder y dedicado a “bajar línea”,
porque así se le acabaría la actitud filosófica.
Me parece que la pregunta que hiciste
recién ¿sino está en función de la humanidad, en función de qué pensaría…?
…sería
un pensar sin sentido.
…o un pensar muerto…. Ahora, se me
ocurría que podemos establecer una relación con algunas cosas que charlábamos
con Manuel; que él hablaba de una crítica del sentido, de desvincularse del
sentido, ya no buscar más el sentido, sino… bueno, no sé bien qué, él tampoco
determinaba qué sería entonces.
Sí,
sin duda hay una diferencia. No sé como lo decía Manuel, no quiero interpretar
las palabras de él. Pero me parece que lo que Derrida marca como diferencia
respecto a Husserl es estar como más abierto a aquello que puede venir más allá
de lo previsible del sentido Ahí sí hay
diferencia entre Husserl y Derrida. Son otros contextos históricos también. En
eso Husserl es más “moderno”.
Sí, yo me río porque leo algo poco
moderno en Husserl. Con esto de que yo quiero investigar para mi tesis algo,
que cuando lo hablé con Luis, me decía, Husserl en ese sentido sigue siendo
moderno.
Hay
aspectos en los que está la modernidad aún.
Lo que pasa es que también en él estaría
ese giro, atisbos de algo…
También
él trata de ir más allá, de abrir otros horizontes; después se verá hasta dónde puede llegar en
este intento… [E: eso es, hasta dónde puede…] La Crisis es justamente eso, una mirada
retrospectiva, interrogante respecto a la modernidad. Hasta dónde puede, hasta
dónde se filtró la modernidad en su pensamiento… hasta dónde las síntesis
pasivas siguen operando… eso hay que
verlo…
Sí. Que su propuesta fue por el sentido,
eso no se niega, ¿no? Que su proyecto haya sido…
…la
búsqueda del sentido. No, creo que eso no lo podemos negar.
Sí, Manuel un poco lo que planteaba es
que a él le parecía que casi toda la historia de la filosofía ha sido como una
búsqueda por el ser, por el sentido, por la verdad. Me acuerdo que planteaba
que en la filosofía antigua prevalecía la búsqueda de semejanzas, relaciones de
semejanzas, y no eso que hace a la diferencia y que también está.
Claro,
lo que permite el desplazamiento.
Yo
creo que eso es fuerte en Derrida y lo dice con mucho énfasis. De todas
maneras, creo que en la epojé hay algo
de eso. Yo escribí un articulito -que
alguna vez se los pasé- que se llama “
Epojé y Deconstrucción”, tomando esa frase de Derrida: “deconstruir es decir
sí”. No hay que tomar la deconstrucción
como algo negativo; deconstruir es decir
sí a eso que adviene, a eso que está escondido; a eso que está obstruido y se
pone al descubierto. Pero la epojé también
tiene una cierta veta similar: mostrar, en esa toma de distancia, qué es lo que
puede aparecer. Aunque no son exactamente lo mismo. Después se lo paso.
O esta semejanza también, de volver a
eso pero de otra manera. La deconstrucción también lo haría.
Claro;
sin pretender que sean la misma cosa, ambos movimientos se dan como
ruptura respecto a lo instituido.
Lo he mencionado porque viene al caso de lo que estamos charlando.
A partir de esto, la pregunta que
queríamos hacer, pregunta que quizá así planteada parece un poco obvia, si
considerás que hay influencias de ideas filosóficas en los diferentes partidos
políticos de la Argentina y si vos tenés simpatías por algún partido en
particular.
Que
hay influencias filosóficas creo que sí; algunas serán más asumidas, más
conscientes que otras. Eso ya sería otro
capítulo, analizar cuáles serían las ideas filosóficas del radicalismo, del
peronismo; me parece que sería enorme, pero sin duda creo que las hay. Y si
tengo alguna simpatía con un partido o proyecto. A ver, te digo a quién voté:
yo voté al socialismo. Los partidos tradicionales (peronismo y radicalismo) no
sé si van a lograr dar una respuesta a lo que las exigencias del país hoy están
necesitando. En general he votado por partidos más bien de izquierda. La última
vez al socialismo; pero pienso que el
socialismo sólo no va a poder hacer nada -esto es una opinión de otro tipo- y
que tendría que vincularse, más allá de las diferencias
ideológicas que tal vez en otros momentos históricos no serían posibles. Me
parece que la política en Argentina hay que repensarla desde muy lejos, muy a
fondo. No he sido afiliada a un partido político, porque nunca me convencieron
del todo, como para decir “bueno, me afilio”. Ahora he votado al socialismo y
creo que seguiré votando en esa línea, pero la Argentina es muy volátil, los
partidos mismos no mantienen la misma línea, así que… por ahora les cuento mi
opinión, mi opción actual. Creo que hay
que repensar la política en Argentina muy a fondo y muy en serio. No creo que estemos bien, ¿está claro lo que
estoy diciendo? Creo que estamos en un momento muy difícil y que hay que dejar
un poco de lado tensiones partidarias para poder pensar el país.
¿Creés que el kirchnerismo es una
expresión del peronismo y no algo que se ha logrado diferenciar de eso o sí?,
¿o qué pensás de eso?
El
peronismo se ha dicho de múltiples maneras (risas). Yo creo que se ha separado
del peronismo, creo que ya tiene otro color, otra característica propia. Pero
bueno, no sé, el peronismo es muy… se ha llamado a muchas cosas peronismo en
este país. A ver, kirchnerista no soy, si es la última pregunta que tienen,
kirchnerista no soy.
No, no tenemos esa pregunta.
Creo
que realmente hay que hacer las cosas de otra manera y, por lo tanto, creo que
hay que pensar la política. El hecho de
que haya votado al socialismo, insisto, no es porque esté completamente de
acuerdo.
Bueno, es interesante ver una similitud,
digo, Navarro planteaba con respecto a la experiencia política actual, él no
considerándose… bueno, su experiencia política fue diferente, pero en la
actualidad él ve una crisis en los partidos políticos y eso hace que él
considere que hay que generar una experiencia política diferente.
Sí, yo
estoy de acuerdo con eso. Si lo vamos a lograr, no sé; pero creo que sí, que
hay que lograrlo. Y donde los argentinos en general nos comprometamos con eso.
Me parece que pasa también con lo que es la participación de la gente, la
seriedad de la gente, con la convicción en ciertas cosas.
¿Cuándo empezaste a estudiar filosofía,
había la misma cantidad de mujeres que de hombres? ¿Se notaba alguna
diferencia?
Cuando
yo empecé a estudiar éramos bastante parejos. En mi curso, probablemente, hubo
más mujeres, pero, a ver, ¿en qué número? De diez que podríamos haber sido,
cuatro eran varones. Y después, en otros cursos, era más o menos lo mismo.
¿Y actualmente te parece que se sigue
manteniendo, a partir de tu experiencia como docente?
Sí. A
ver, nunca me puse a mirar mucho eso. No me da la impresión de un predominio,
como veo en ciencias de la educación, que son casi todas mujeres.
Nosotros tenemos justo la experiencia de
que en nuestro año fuimos todas mujeres.
Pero
si vos lo miras en su conjunto me parece que no es tan así, que hay un cierto
equilibrio.
Y después la otra pregunta es si
consideras que para una mujer que quiere dedicarse a la filosofía hay ciertas
limitaciones de distinto orden.
¿Limitaciones
de orden cult… a ver, intelectual, social?
Lo dejamos abierto a ver qué nos decís
vos.
Sí,
ustedes me hicieron esa pregunta y me acordé inmediatamente de un libro que ya lejos y hace tiempo
leíamos, que se llamaba Hombre y Mujer
y sostenía que los hombres son intelectuales, conceptuales, etcétera, las
mujeres son emotivas. Y… no, eso me parece
que es totalmente falso. No creo que haya rasgos de género. Creo que tiene que
ver con una cuestión de educación y de las posibilidades culturales que han
tenido las mujeres. No creo que psicológicamente haya diferencias en eso, no lo
veo. Por supuesto, las mujeres tienen en su vida lo que conversábamos hoy:
tienen los partos y que amamantar hijos y eso marca una diferencia. Pero no
creo que sea una diferencia como para que funcione como obstáculo…. Bueno, llegaremos más tarde, nada más; pero no creo que
sea una diferencia sustancial y menos ahora que lo que pudo haber sido antes; hace un tiempo en el que si bien todos pensábamos que no había
diferencias, arrastrábamos ciertas pautas culturales, como que los hombres
hacían ciertas cosas y las mujeres otras.
¿Crees que fue superado?
En
buena parte sí. A mí no se me ocurría verlo a mi papá planchando o haciendo la
comida, por ejemplo; o a mi marido planchando o cosiéndose un botón. A mí misma me parecía que no podía ser; pero
vos ves que ahora los chicos hacen todas esas cosas. Antes teníamos más
prejuicios.
A mí me parece que sigue pasando,
incluso siento que a veces me pasa, que hay un machismo instalado en la propia
psicología de uno, de la experiencia con tu familia, con tus viejos…
Son
cosas que uno arrastra, no es tan fácil. Por más que lo piense, no es tan fácil
romper con ciertos hábitos que son familiares. Pero no creo que eso tampoco sea
un obstáculo para decir: no pude hacer mi carrera por…
No, no
creo; conozco a muchas mujeres, colegas, incluso las de mi edad con muchos
hijos que han hecho su doctorado tempranamente, que han hecho muy buena
carrera. También, por supuesto, depende de opciones y organizaciones. No creo
que pueda ser argumento ni para uno mismo decir
que por atender una familia no se
pudo hacer una carrera. Llegás más tarde a lo mejor, pero eso es todo. Y
creo que hoy muchas mujeres han mostrado las posibilidades de hacer filosofía.
No sé cómo lo ven ustedes.
Empezamos a pensar más temprano estas
preguntas y pensamos en la historia de la filosofía…
…pero
ahí las mujeres no iban a la escuela!
Claro… y ahí dijimos, a ver, ¿qué pasa
en otras disciplinas? Y es lo mismo.
La
educación de las mujeres era muy restringida. ¿Qué querés, que salieran
filósofas?, ¿o científicas? No; es una cuestión de educación.
Entonces, sin duda, toda la
transformación que hubo en el siglo XX con relación a los derechos de las
mujeres es algo difícil de dimensionar.
Sí,
sin duda. Y si no ¿qué estudiaban las mujeres? Maestra, y punto. Y eran consideradas intelectuales por ser maestras. Ya era como
una escala superior estudiar medicina. Claro, por supuesto que hubo
excepciones. Son contadas con los dedos las excepciones que hicieron carreras
científicas, por ejemplo. La educación era diferente.
…actualmente en algunas ingenierías se
empiezan a ver mujeres, pero en comparación con los hombres son pocas.
En
ingeniería química había muchas mujeres; yo di clases un tiempo ahí, no eran pocas.
….pensaba en sistemas, mecánica.
He
visto recientemente estadísticas de la
universidad y dicen que hay más mujeres que varones.