lunes, 22 de junio de 2015

Entrevista a Horacio Banega. Segunda parte


-¿Hay cuestiones en las que hayas cambiado radicalmente tu forma de pensar?
Pero depende la edad, yo tengo 50 años, y este país… Yo pasé por lo menos ya tres crisis de este país. Por eso, cambiar, depende en qué. Yo no fui a la guerra de Malvinas por dos años, les dije casi al pasar: yo hice la colimba en el ’83, la guerra de Malvinas fue en el ’82, hice la secundaria en la dictadura. En el ’89 yo estaba en Buenos Aires, en el 2001 también estaba en Buenos Aires. Entonces, cambiar, respecto de qué, en qué época…

-¿La primer crisis cuál sería?
La dictadura. La última, que ojalá sea la última. Por eso digo, a mi generación nos quitaron una década de expectativas de vida. Pasaste de Malvinas, dictadura, el ’89, el Menemismo, el 2001, en términos estadísticos tenemos diez años menos eh, de expectativas de vida. Esto es sociología. Les decía en el bloque anterior que creo que uno puede cambiar y sí, he cambiado. He cambiado mi conducta, he cambiado mis reacciones y he cambiado en mi forma de pensar. Me he vuelto mucho más tolerante. Incluso por ejemplo respecto de la amistad. Uno puede tener una noción de amistad como muy fuerte, en la cual uno dice “a la primera que me hacés, listo”, pero uno se vuelve más tolerante en ese punto…pero no sé si es eso lo que estaban pensando.

- Sí, tiene que ver…
Pero ¿en qué estaban pensando concretamente? Yo he cambiado en posiciones filosóficas, fui muy afrancesado. Muy afrancesado. Después cambié, me hice continental, después abrevé en la filosofía analítica, después dije “soy irlandés”. Católico en un mundo protestante, puedo mirar desde determinada distancia a todo el mundo. Y este es uno de los capitales que tenemos y que nadie se termina mucho de dar cuenta en América Latina. No somos ni Heidelberg, no somos París, no somos Berlín, no somos Nueva York, no somos California, no somos Oxford, no somos Cambridge. Podemos tomar de todos lo que mejor nos conviene a nosotros. Entonces sí, he cambiado, tengo una posición metafilosófica, o sea, en algún momento era afrancesado nietzscheano, en otro momento después fui trascendental y ahora mi impresión metafilosófica es más rortiana, metapragmatista, la meta-filosófica, sobre qué considero que es la filosofía. He cambiado sobre lo que considero que es la filosofía, sobre lo que considero que es el arte…en ese punto es como un sistema realizable de creencias y uno va viendo que va cambiando. He cambiado en lo que considero que es el amor,  lo que es la pareja, sobre las expectativas que uno puede tener para la vida “felíz”, como preguntaban antes. He cambiado mi percepción sobre lo que es Santa Fe, sobre lo que es la filosofía en Santa Fe, a partir de conocerlos a ustedes; me refiero no a ustedes en específico sino a tener relación con los estudiantes de acá y con los colegas que están acá. He cambiado mi percepción sobre lo que es la relación Santa Fe-Buenos Aires, pero porque ha cambiado la relación. Hace 27 años Buenos Aires era Nueva York; hoy es, bueno, ahí donde están los porteños.

- Por ahí esta inquietud nos había surgido a partir de un relato de un viaje que hiciste en una clase…
Lo pensé, pensé que a Fernanda le había impresionado eso y por eso decidieron invitarme. Pero eso, tiene que ver con una hermana chicos. La que abre la línea a Oriente es mi hermana, y he cambiado a partir de que viajé a Oriente mi relación con mi hermana. Porque viajé a Oriente por una insistencia de ella y eso me ayudó a entenderla. Y eso me ayudó a entender la relatividad de todo. Eso sí, obviamente te cambia,algo de lo que hablábamos en su momento, como cualquiera que haya podido tener una experiencia similar en Bolivia, aunque sea. Somos un país que tiene agua potable, comida y espacio suficiente para que todos vivamos bien. No tenemos ni idea de la que se viene. No tenemos ni idea. Lo que pasa es que esa radicalización que te lleva ese cambio, se te olvida. Se te olvida tanto que ni siquiera pude darme cuenta que la pregunta iba por ahí. Viajar es distinto a hacer turismo, el veneno de viajar por esos lugares es que después decís viajar es esto: que se te rompa la cabeza contra la pared. Después lo otro es turismo, vamos a Europa, dale dale, vamos a Estados Unidos. Rusia no sé, Rusia es como que está la madre Rusia, bueno… China, y el resto del mundo es…¡se te rompe la cabeza! Entonces a partir de ahí sí, ciertas cosas que creo que a nosotros nos convocan filosóficamente si se quiere, certezas que nos funcionan de manera absoluta muestran que son totalmente relativas. Y se acabó. Y se acabó quiere decir: Y SE ACABÓ. Arreglátelas. Sería casi como… ¿viste lo que enseña Derrida? Bueno ese es el mundo de la vida de todo el sudeste asiático, de la India, es eso. Viste lo que te enseña Heidegger, bueno eso es el budismo que vive Tailandia, que es de los países más funcionales al capitalismo. Porque es budista. Y porque eso lleva mucho al egoísmo. Porque te importa tu propia salvación. “Ah, qué bueno, pero ¿el budismo no es bueno?” Sí, claro, para vos es bueno, para uno mismo es bueno. Por eso hay toda una serie de cuestiones que implica decir: qué implicaría ir a visitar una sociedad que es politeísta. Y eso es como decir “Ahh..¿y hacen orgías ahí ?” No, es otra cosa. ¿Qué? Y empezás ahí a chapullar en el lenguaje. Adoran a este, adoran al otro, están con los muertos… Y ¿cómo viven? No, pero ¿cómo vivimos nosotros? Y ahí sí, obviamente eso te cambia. Te cambia en el sentido de…

- Te des-centra…
Pero entonces eso te hace tolerante. Entonces empezás a entender realmente algunas cuestiones de política internacional pesadas, en relación con la cultura. Cosas que en filosofía yo las planteo permanentemente, porque todo el curso está planteado tipo: ¿Qué hacemos con el que tiene otras costumbres que para nosotros son inaceptables? Ablación de clítoris, por ejemplo, que tiene que ver con la dominación masculina que acá también existe. No es que no exista acá eh, acá también existe. Pero decimos “eso no lo hacemos, no, eso no lo hacemos, no sabemos los hombres de qué se trata”. Otra cosa es decir “sabemos de qué se trata y vamos a cortar, con la dominación masculina y con eso”. O, bueno, las sociedades altamente codificadas del sudeste asiático donde, de nuevo, una mujer separada no puede volver a vivir con la familia. Y es rechazada por toda la comunidad, se le cierra. Chicos, o donde los intocables de la India para que el hijo pueda pedir le arrancan los ojos porque así tienen una deficiencia corporal y es habilitado para pedir limosna. ¿Qué hacemos? ¿Qué decimos? ¿Con qué derecho opinamos? Entonces ahí toda la filosofía occidental empieza a tomar una especie de relatividad. Entonces listo, hay que volver a pensar ciertas cosas que parece que ya estaban claras, pero eso es, obviamente, si tenés la experiencia, pero la experiencia la podés tener en el barrio hindú de Nueva York, qué se yo, no sé si hace falta viajar…

- Sí, ahí entramos también en la arena movediza que es la fundamentación de los valores, de la ética, que es siempre un problema para la filosofía.
Para mí no. ¿Estás con la revolución francesa o no? Y después el tema es cómo lo llevás a cabo. Es simple.

- Bueno pero ¿y si no?
Voy a discutir con vos porque no estás con la revolución francesa, no voy a discutir con los indios o los chinos. Primero voy a discutir con vos. ¿Por qué no crees que la revolución francesa es lo mejor que haya pasado? Perfecto, discutamos eso. A partir de ahí vemos. Pero yo no tengo ningún lugar a dudas de que las mujeres son tan seres humanos como los hombres. O incluso más seres humanos que los hombres. Y eso debería ser una ley moral y de costumbres en todo el universo. Y a partir de ahí…

- El problema es cuando la discusión va a definir una práctica y la cuestión queda abierta.
Claro, no, pero el problema es si eso lo vas a resolver como Obama, tirando una bomba. “Te llevamos la libertad.” (ruidos de tiros y ametralladoras) Y matás a todas las mujeres en realidad. Estamos de acuerdo pero ese es uno de los problemas. A ver, cuando yo lo expongo como muy sintético continental, hay dos problemas que la filosofía debe hacerse cargo: el capitalismo y el mal. El mal trasciende al capitalismo. Hubo mal antes del capitalismo y trasciende todas las clases sociales y no se sabe muy bien a qué se debe. Y el otro problema es el capitalismo. Si es posible salir de él y cómo. El mundo de Oriente nos plantearía como un tercer problema.  Ellos viven en otro lado. Nosotros somos marcianos que desembocamos ahí. No nosotros, perdón… “nosotros” es otro… Nosotros somos unos brasileros que todavía no nos dimos cuenta (risas)

- ¿Cómo?
Nuestro destino es ser una provincia de Brasil, que estamos discutiendo si estamos entre México y Canadá. Mirá cómo se ríen.

- Yo ya te la escuché a esa (risas)
A ver, volví de la India con esa idea. ¿Qué le importa al mundo? Brasil y México. Países de más de cien millones de personas. ¿Argentina? ¿Santa Fe? (risas) ¿¡Capital Federal!? San Pablo tiene veinte millones de personas. Es tema de demografía. Es una época de regiones. ¡Nuestro destino ya está marcado! Pero no es un destino astrológico, ¡es un destino de cantidad de gente! Entonces la discusión es que es México si somos el patio trasero y Canadá si somos los universitarios, los que estamos ahí, hacemos hockey…

- Le vendemos autopartes…
Le vendemos universidades públicas, libres y gratuitas…

- Claro pero le vendemos autopartes o le vendemos inmigrantes… ¿Entendés lo que quiero decir?
Exacto, gente que quiere entrar a San Pablo y se mata para entrar a San Pablo y todo lo demás. Pero en ese punto también modificó el viaje. Es decir, no nos conoce nadie. Pero también me llevó a entender esto: el problema del Estado Nación es un problema del siglo XIX. Cuando discutimos el problema de la nación estamos discutiendo un problema del siglo XIX. Ya estamos en el siglo XXI. Es un tema de regiones. Ahí no hay vuelta. No hay vuelta. No claro, no hay vuelta, el tiempo es terminal… Los deprimí, no quiero deprimirlos, no quiero ser pesimista, ¡por dios! (risas). No quiero ser pesimista, lo que digo es: tenemos una comunidad y una cantidad de personas que podríamos vivir muy bien. A ver... la filosofía no puede hacer nada. Y lo que tiene que hacer es… no, me embarré mal. Pido perdón (risas)

- Hay una pregunta justamente que es: ¿Qué rol tiene la filosofía en la transformación del mundo?
Ninguno. Ninguno y me parece que está bien, porque me parece que es uno de los errores… A ver, me parece que uno de los problemas más graves es el problema de la vanguardia política. Ese problema ya está planteado en Hegel en la Fenomenología del Espíritu respecto de los jacobinos y del terror absoluto, o la negatividad absoluta con el problema del terror… A mí me parece increíble que incluso toda la gente que se dedica a analizar el pasado reciente no se enfoque en lo que dice Hegel en la negatividad absoluta.  En consecuencia, creer que –de nuevo, tiene que ver con la concepción de filosofía que uno tenga- la filosofía o el trabajo intelectual tiene que ser vanguardia de algo, está complicado. Poder defenderlo sin hacerse cargo de los errores del pasado. Porque si uno se pone desde un punto de vista marxista más clásico y más básico, es: la praxis tiene que mandar; no la teoría. Y ese es uno de los fundamentos de la dialéctica negativa de Adorno. No sé qué hay que hacer, sé lo que no hay que hacer.  Lo que hay que hacer lo va a marcar la praxis, no la teoría. Entonces en ese punto la filosofía debería empezarse a pensar como práctica, que es esto de reunirse, discutir, intercambiar, socializar, restaurar comunidades, sociabilidades, formas de subjetivación. Pero son prácticas, no solamente teorías ¿se entiende? Entonces en ese punto pensar a la filosofía, y ahí me pongo bajo la égida del maestro Husserl en Crisis, es una práctica teórica. Muchos años antes de que Althusser definiera a la filosofía como una praxis para la revolución. Es una práctica teórica. Y una práctica teórica es poder armar comunidad primero, para poder establecer lazos sociales de tipo epistémico, en el sentido de que nos importa tener teorías del conocimiento, teorías de la praxis política y también praxis política y praxis de conocimiento ¿me van siguiendo o me perdí, o los perdí? Perdón, no estoy dando clases (risas) Entonces en ese punto, hay que seguir trabajando esa distinción generada, decimonónica, de praxis- teoría chicos. Ustedes están haciendo una praxis, es una praxis que es discursiva, pero es una praxis, ponen el cuerpo, me invitan acá, comparten conmigo una cerveza, me dan de comer, me hacen unas empanadas, es poner el cuerpo.

- Por ese lado también venía la pregunta…
Pero eso es una transformación en materia discursiva también. Es eso lo que han logrado y están logrando y me parece que es deber de los mayores apoyarlos en eso. Es nuestro deber. Porque es lo que queremos. Después nos bancamos los tomatazos: “¡Chanta! Dejá de repetir lo mismo!” Está bien, qué quieren que haga, páguenme más, páguenme en dólares si quieren que diga algo nuevo, ¿si? (Risas) ¡Dólares! Me parece que la posibilidad es esa. En ese punto sí me pongo foucaultiano o deleuziano, es decir, las micro-comunidades es lo que nos puede salvar, porque tiene que ver con la amistad también. Armar lazos de amistad te va a asegurar lazos que puedan trascender determinado tipo de cuestiones, salvo que en un momento las tensiones políticas se pongan muy complicadas y seas amigo de un sojero, qué se yo (risas). Pero en serio, yo he tenido amigos así que en esta década nos hemos distanciado y después te volvés a encontrar o no, dependiendo el proyecto que los unifique o no, o depende de la amistad, del grado de intensidad de la amistad. Pero estas políticas de la amistad que estoy defendiendo yo no las tengo desde Derrida, eh, es desde una pura reflexión que he establecido a partir de mi propia experiencia y con mis amigos. Hay que hacer comunidad. Porque la filosofía se hace en comunidad, la política se hace en comunidad, el arte se hace en comunidad; nadie está solo. El sujeto cartesiano nunca existió. Descartes no era cartesiano. Estaba ahí, con gobierno, con la guerra, con los curas, con la Reina Cristina; que no era nuestra reina Cristina…(risas)

- De hecho mandó las Meditaciones a alguien que se las objetara, es decir…
¡Es el primer publicista! Tiene una noción de publicidad increíble. Hace que las lean todos y publica las objeciones y la respuesta a las objeciones ¡y se asegura el mercado editorial con las críticas incorporadas! Es un genio de la publicidad, no tiene nada que ver con lo que nos han vendido que es el sujeto cartesiano. El sujeto Descartes no era cartesiano. Lo cual no evita, o no se tiene que impedir, que uno tenga una visión escéptica sobre las esperanzas. Porque eso me parece que también es un buen antídoto. Como un maestro mío me acaba recién de confirmar que es su práctica. Porque el siglo XX terminó mal y el siglo XXI empezó mal, ¿por qué hay que tener esperanzas? ¿Porque tenemos amigos? No me jodás. Sí, porque tenemos amigos. Ah bueno, pero entonces tenés esperanzas chiquitas. Sí, son esperanzas chiquitas; es eso.

- ¿Es lo que nos salva?
Exacto, pero eso nos viene salvando desde Grecia. Porque la amistad es la solidaridad y la igualdad, entonces también es una bandera de la revolución francesa. Yo soy amigo de mis iguales.

- Claro, pero eso es algo que podés comprender incluso en una charla, no hace falta una bandera enarbolada…es algo mucho más palpable, no es que lo impone la Razón…

Sí, pero no estoy de acuerdo en la devaluación que hacés de la razón kantiana en ese punto. Porque no te olvides que la razón kantiana emerge donde había que contrarrestar diferencias jerárquicas de naturaleza. Y la razón kantiana es el primer momento en el cual se dice “Somos todos racionales de la misma manera”.  Otra cosa es cómo llega eso al tercer mundo después de tres siglos. Pero en el momento en que surge es: somos todos racionales por naturaleza. Nuestra naturaleza es racional, la tenemos todos. Y en ese punto soy totalmente kantiano. Pero totalmente kantiano. Lo cual no quiere decir que uno acepte que luego en la implementación empírica las diferencias sean irresolubles. Lo cual, me deja en un atolladero, en el cual estamos todos. Pero yo reconozco de todas maneras que, bueno, criticar a Kant, no es tan fácil para mí. No te podés poner tan fácil en el lugar nietzscheano de tirarle piedras. Porque ese tirarle piedras es como los troskos que son diputados ahora: vos llegaste porque hubo kirchnerismo. Si no hubiese habido kirchnerismo, vos ni siquiera hubieses podido presentarte a elección. Entonces, vos tirá piedras, cuando venga la que se viene, te voy a salir a defender yo. Aparecen demandas por izquierda y por derecha porque hay un espacio que lo habilita…Yo me hice peronista cuando en la escuela secundaria, ya teniendo preocupaciones por el otro, me pasan para que lea Apuntes para la militancia política de John William Cooke y donde las FAR dicen: “nosotros descubrimos que éramos peronistas. No nos hicimos peronistas”. ¿Por qué? Porque el proletariado realmente existente era peronista. Y porque el movimiento histórico llevaba a esto. Esta es una interpretación marxista, década del ’60… Yo, desde mi historia, me hice peronista leyendo John William Cooke. Yo siempre fui un infiltrado. El 1 de Julio del ’74 yo me hubiera ido, no me hubieran echado, me hubiera ido. “Qué pasa, qué pasa general, que está lleno de gorilas el gobierno popular”. Y una corrección para algo que ustedes editaron. El instituto de filosofía lo cierra Isabel. No lo cierra la dictadura. Bajo el rectorado de Celestino Marini, o rectorado o era el Ministro de Educación. Que al mismo tiempo cierra el instituto de cine, que fue una de las mejores cosas que tuvo Santa Fe como capital cultural; digamos, en Santa Fe en el instituto de cine ¡enseñaba guión Saer, chicos! Santa Fe era una capital cultural más grande que Rosario, que después inventó la nueva canción. Esa es mi inserción en el peronismo. La otra pregunta es si es posible un peronismo de izquierda…habrá que ver cuán marxista te ponés y qué hacemos con los amigos troskos y con la herencia que tenemos de otros lugares de la izquierda. Pero bueno, como la izquierda siempre parece que viviera en otro planeta, quizás cuando vengan acá y aprendan a hablar en criollo, qué se yo, vemos. Borrá esto si querés, me parece que me van a tirar a los troskos a la clase! (risas) Por favor!

-¿En qué campos puede el discurso filosófico hablar hoy? Había compañeros que te escucharon decir que la filosofía había muerto o algo así…
A ver, la filosofía murió, claro; si murió el arte cómo no va a morir la filosofía. Lo que pasa es que eso no quiere decir que haya muerto cierta práctica que viene a posterior. Si yo habré dicho alguna vez que la filosofía murió, bueno, habré dicho que determinadas nociones murieron y hoy tenemos, como diría Samuel Cabanchik, y en eso coincido mucho, hoy tenemos filosofías. Entonces no hay más filosofía, la concepción unívoca, sea de cualquier capilla religiosa que sea, murió; murió o por lo menos se hizo lo suficientemente secular como para aceptar que o estás en el ecumenismo filosófico, o aceptás que no hay más dios de la filosofía. Si todavía tenés una especie de creencia metafilosófica muy fuerte y querés defender una capilla, vas a decir no, no, no, Horacio Banega está equivocado, entiende mal que x y/o z son dios. Pero yo soy ateo, yo soy ateo radical, no creo en ninguna instancia trascendente al propio discurso y a la propia práctica discursiva que está encarnada en una forma de vida; y una forma de vida es una práctica social. Entonces lo que murió es una noción de filosofía. Dada la polivocidad y pluralidad de los discursos filosóficos y de tipos de discursos filosóficos que tenemos disponibles, me parece que lo que mejor se puede hacer es aprovechar de todos lo que mejor le convenga a cada uno y a cada comunidad para llevar a cabo determinado tipo de objetivo que, para mí, es innegociable, que tiene que ver con una especie de liberación, que en última instancia se conecta con el iluminismo. Yo no dejo de ser iluminista/ilustrado en ese punto de creer que el conocimiento nos hace mejores, y eso sí es como una especie de esperanza mía que no tiene fundamento racional. Yo creo que eso es muy difícil justificarlo racionalmente, pero es como mi creencia metafilosófica no fundamentada. En este punto, ¿para qué va a servir? Va a servir para empezar a revisar tus propias creencias, tus propias certezas de sentido común y, a partir de ahí, para empezar a operar sobre los otros discursos imperantes que tienden a ser hegemónicos y que buscan ser hegemónicos en la realidad social y política y académica que nos toca vivir. Si hay algo que la dictadura nos dejó, es la frase de Aldo Rico “la duda es la jactancia de los intelectuales”, estamos de acuerdo, la duda es lo que nos enseño Descartes que hay que aplicar que es: dame razones para tus creencias porque no te creo tu afirmación. Y ese sigue un buen método racional de evaluación de creencias de todo tipo. “Te amo”, no te creo, “Seguime”, ¿para qué?. “Votame”, ¿por qué?. “Es mejor Kant que Hegel” ¿por qué?, “En el 2015 hay que votar a Binner” ¿por qué?...y así, pedir argumentos para tus creencias. Entonces ¿eso es una práctica argumentativa? Sí, la filosofía es una práctica argumentativa, en consecuencia, no es solitaria. Lacan creo que decía justamente que el perverso tiene una filosofía privada. La filosofía jamás fue privada, es totalmente pública. Y por supuesto política. Te dediques al realismo de los mundos posibles de la lógica modal de David Lewis, te dediques a el tema del tiempo en Husserl en los manuscritos del grupo C, te dediques a los fragmentos póstumos de Nietzsche sobre la voluntad de poder, te dediques a la historia de la biología en el s. XIV…cuando usás la palabra tenés una responsabilidad; y más si ocupas un lugar público como la docencia. Sino dedicate a otra cosa.

-¿Creés que hay que separar el saber filosófico del sentido común?
Qué buena pregunta.

-Igual ahora que la leo me parece ambigua…pero bueno, ¿qué es lo que te sugiere?
Esa pregunta lo que pasa es que coloca en crisis mi relación con la rama específica de la filosofía a la que yo me dedico, que es una especie de análisis del sentido común; ¿el mundo de la vida qué es sino el sentido común? Pero justamente lo que le hace falta a la fenomenología es una división crítica, entonces sí, hace falta separarlo del sentido común. Por otra parte, la división crítica no implica una aristocracia, que es la respuesta heideggeriana. La respuesta heideggeriana lo que da al sentido común es que el dasein está caído en el sentido común entonces no se puede saber que hay que rescatarlo, y se va a poder rescatarlo cuando se dé cuenta de que es un guerrero dormido. Y esa es una consideración aristocrática porque se diferencia del todo de la masa. Eso sería una respuesta, la otra respuesta es la consideración crítica, es: la filosofía se tienen que separar porque ya está separada, porque desde el inicio, desde Heráclito que consideraba que la locura era creer que el sentido común era el propio, porque era logos. Entonces el sentido común es  algo que tiene que ver con el logos, pero del cual la filosofía se ha ocupado de distanciarse porque lo ha objetivado, y si lo ha objetivado, en consecuencia, el filósofo o el intelectual tiene una separación respecto por lo menos de las creencias del sentido común, no de las estructuras del sentido común. Habría que distinguir ahí lo que son las estructuras del mundo del sentido común de las creencias del sentido común. Entonces hay una discontinuidad yo creo. Lo cual no me queda claro que es lo que ustedes creen que se infiere de ahí o no…

-¿De tu respuesta?
Si, o de cualquier respuesta posible a esa pregunta. No sé por qué hicieron esa pregunta. Digo, porque de mi respuesta se pueden inferir algunas consecuencias…

- Sí, creo que son distintas de las que se pensaron cuando se formuló la pregunta…Me parece que tiene más que ver con cuál sería la relación, de escisión o cualquier otro tipo de relación, entre el saber filosófico y el sentido común; cuál sería esa relación.
Hay a veces una clase de mediación entre el saber filosófico y el sentido común. Así como desde el punto de vista fenomenológico diríamos que hay una volks-chemistry, una volks-fisics, podríamos preguntarnos sino habría una volks-philosophy. Que en el mundo anglosajón, por lo menos en Inglaterra, queda claro que es Shakespeare, la gente aprende a vivir leyendo Shakespeare, no leyendo filosofía. Creo que fue Cristina González la que dijo que acá sería el tango -acá me refiero por Buenos Aires-. Una filosofía del sentido común sería donde vas a buscar respuestas existenciales. Y en ese punto uno podría estar de acuerdo con Cristina González en que hay una mediación entre la filosofía académica o profesional y el mundo del sentido común que sería la filosofía del sentido común, que es una respuesta a la pregunta por el sentido de la existencia, no del mundo sino de la propia existencia. Y sería entonces algo más conectado con filosofías existencialistas. Entonces en ese punto podés establecer una especie de mediación con el sentido común. Pero ahí sí me voy a poner entonces más profesional y voy a decir: si vamos a aceptar eso vamos a aceptar que ciertas comparaciones fenomenológicas sobre la química del sentido común, la física del sentido común también serían mediaciones entre una elaboración filosófica fenomenológica y el saber del sentido común. Cuando vos cocinás, estás haciendo química, sin saberlo. Cuando vos cruzás la calle estás estableciendo alguna especie de cálculo intuitivo para saber que no te va a chocar el auto; y esto no es falso. Para la consideración idiota, positivista sería falso. Pero para una consideración fenomenológica de reconstrucción del saber del sentido común conectado con el saber científico no es falso, sino que hay que elaborar las relaciones que se establecen entre el conocimiento práctico y el conocimiento científico y filosófico. Esto sería otra respuesta posible que atañe directamente a la pregunta por el sentido de la existencia. La tercera posibilidad…

- La tercera posibilidad podría ser esto que vos decís de hacer una obra filosófica para un cierto público…digo, tal vez. Estoy pensando sentidos de la pregunta.
Lo que pasa que al que se le ocurrió la pregunta, es una pregunta para mí, por lo que me dedico. Esa pregunta puede ser todo un largo trabajo, un proyecto de investigación. Porque para mí está mediado por el conocimiento científico. No hay un saber filosófico independiente del conocimiento científico, del conocimiento político, del conocimiento estético. Yo no sé qué quieren decir ustedes cuando hablan de saber filosófico, no sé de qué están hablando; si hablan del conocimiento de la historia de la filosofía o de qué…¿se entiende?

- Nosotros en realidad pensamos la pregunta con un sentido muy genérico de filosofía…
Está bien, pero aparte de eso, me pega en mi corazón. La ciencia contemporánea tiene que dar cuenta de ese conocimiento práctico sin reducirlo; no puede decir la ciencia contemporánea que hacemos geometría mala, al contrario imbécil, hacemos una geometría tan buena que la podés formalizar con topología, no con idioteces. Tenés que tener mucha matemática para formalizar el pensamiento del sentido común y el conocimiento del sentido común, mucha matemática hace falta, no idioteces. Esto por favor edítenlo, porque ahí me enojé con otros.

- ¿Creés que hay buenas y malas maneras de practicar la filosofía?
Me reconcilian con la actividad también con esto, eh, en serio chicos…

-Te sanamos…(risas)
Producen una especie de sanación…pero esto se lo han dicho todos supongo, o algo parecido.

-No
Ah pero han entrevistado estrellas, no decadentes como yo (risas)

-Ángeles caídos no (risas)
Volviendo…sí, yo creo que sí, hay maneras buenas y maneras malas.

- ¿Cuáles serían?
Es muy difícil decir esto sin traer ejemplos a mano y en ese punto es muy complicado porque yo soy polémico en términos generales pero no quiero…conozco gente que me odia y yo no creo que haya hecho mal a esas personas directamente, sino por haber tomado posiciones políticas en algún momento. Entonces la cosa está complicada ahí, hablar de los colegas, porque uno siempre va a pensar en colegas que conoció, que fueron maestros, o que los está viendo, entonces ¿cómo hablar de una manera que sea lo más general posible y sin que cualquiera que lea esto se sienta identificado? Está muy complicado.

-Tomanos a nosotros y decinos cómo seríamos buenos en la disciplina, y practicando qué seríamos malos.
Vamos a hablar de lo que habría que hacer, y a partir de ahí, ustedes infieran lo que no. En algunos lados, quizás yo hago las cosas mal respecto de mi propio criterio, pero en particular hay que entender, me parece, que cuando uno da clases…a ver, vamos a distinguir la cuestión: podés dar clases e investigar. ¿De qué quieren que hable?

Si podrías decir algo breve de las dos estaría bueno porque los lectores son diversos.
Me parece que es muy difícil dar clases si no te gusta dar clases, y me parece que es muy importante que si no te gusta dar clases, te des cuenta inmediatamente. En segundo lugar, me parece que es muy difícil dar clases de algo que no te gusta, por más que te guste dar clases, entonces ahí la negociación es mucho más dura por toda una serie de cuestiones que ustedes ya las conocen…hay que poder negociar permanentemente para poder dar lo que te gusta, con lo que no te gusta, de la manera que te gusta. La manera que te gusta debería hacer que despiertes algo en los que te escuchan, con lo cual hace falta entonces una performance, no solamente cuánto sabés, sino la manera en que podés el cuerpo para enseñarlo. Y en ese punto entonces hace falta cualidades que no son necesariamente filosóficas, sino docentes, que tiene que ver entonces con el estar dispuesto a escuchar y a hablar frente a los otros; al intercambio. En tercer lugar, tenés que estar dispuesto a enseñar y dar cosas que quizás no le interesan a todos y de qué manera entonces se las va a disfrazar para mostrarles y que se den cuenta, como Sócrates, que les interesaban. Esto es mucho más cínico, porque a todos nos gustaría enseñarle filosofía a la gente que quiere estudiar filosofía, que quiere aprender filosofía. Pero generalmente uno le tiene que enseñar quizás lógica a los nietzscheanos o Nietzsche a los lógicos, y entonces también está la permanente negociación con qué hacer con el público. Y cómo mostrarle al público que cualquiera de estas cuestiones –el problema del cuantificador universal, el problema de si la voluntad de poder lleva a Heidegger y a Hitler, el problema de si Rawls nos deja anclados en el radicalismo de De la Rúa, el problema de si el kirchnerismo tiene que ver con Laclau, y Laclau tiene que ver con Schmitt, entonces confirmaría todas las hipótesis radicales de que el peronismo siempre fue nazi, cómo puede ser posible entonces reconciliar Schmitt con Marx y si eso sería el kirchnerismo- anclar de alguna manera eso abstracto en su eficacia práctica en la propia vida de aquel que se lo estás dando. Estoy hablando simplemente de gente que le interesa algo de lo que vas a decir. Si te toca dar  filosofía para gente que no le interesa nada, lo mejor es: te tomás un Rivotril, te fumás un porro, o cambiás de trabajo. Me parece que hay algo del destino del que se dedicó a estudiar filosofía que es como el del poeta: si no hay demanda de poesía, te vas a poner a escribir prosa y no te va a salir bien. Entonces en ese punto hay que asumir las consecuencias de la decisión propia; podrías haber hecho otra cosa. Eso respecto de la docencia. Ni hablo de la escuela secundaria porque insisto  en que la escuela secundaria amerita una revisión absoluta y radical que nadie está dispuesto a llevar a cabo en este país en la situación en la que estamos, y no sé cuándo, porque lo que se destruyó en los noventa no se reconstruyó ni se va a reconstruir hasta no sé cuándo. Lo que se destruye en una década, no se reconstruye en una década, eh. Pero no me pongo kirchnerista, es un problema de política pública, de qué se hace con el estado…

-De sociología
De sociología y de datos reales. En diez años podés destruir todo un aparato estatal, que en realidad terminás de destruir lo que se viene destruyendo de veinte años atrás, y te lleva un siglo reconstruirlo. Tenemos la tasa de alfabetización comparable a Cuba. Hoy, nadie quiere saberlo; nadie se quiere enterar de esto. Entonces hay cuestiones que tienen que ver con la educación y filosofía que, chicos, hace falta una discusión más amplia sobre el papel de la educación primeria y el papel de la educación secundaria. Pero ello con toda la cultura; también en el teatro cuando se discute el público del teatro…Formemos lectores, ¿y qué hacés para formar lectores? Te ocupás de los maestros, y a los maestros hay que pagarles bien, no hay otra solución. ¿Cómo se reformula la educación primaria en Finlandia e Irlanda? Les propusieron un sueldo de un docente de dedicación exclusiva en la universidad, que se formen con un posgrado y que estudien. Tenés el problema de qué hacés con los más viejos que ya no quieren estudiar; y bueno, los jubilás y listo, o algo por el estilo. Pero tenemos que fortalecer, y eso es claro, la educación primaria, con muy buenos sueldos para los maestros, con respeto de sus derechos básicos, para poder así exigirles. ¿Están de acuerdo en esto?

Sí, claro
Sino no formas lectores. Les podés exigir formación si les pagás bien, pero no les podés exigir un doctorado o una maestría si no les pagás bien.

Pero seguramente vos también estarás de acuerdo en que también está la cuestión de la vida cotidiana de los educandos, su familia, su cultura, que esa es otra pata del problema…
Tenés razón, a eso me refiero. A esos maestros les tenés que pagar el doble que lo que les pagás a los que trabajan con chicos de clase media. A los maestros que trabajan con chicos en población de riesgo, que les tienen que dar de comer, y aparte enseñarle matemática, teoría de conjuntos y la lengua castellana, les pagás el doble. Es la única manera que tenés de asegurarte que vas a generar un mercado de lectores, una población de lectores, una población de ciudadanos.

- Pero esos chicos, salen de la escuela, vuelven al infierno por decirlo así…
Pero no los podés adoptar a todos.

- Pero tenés que cambiar la otra parte también… 
Perfecto. No hablamos de revolución... es una palabra que yo no uso…Porque vi Hegel. Y es uno de los problemas si querés filosóficos más importantes. Cómo imaginar lo nuevo a partir de lo que hay. Si ya Hegel demostró que lo que hicieron los jacobinos fue “como con todo esto no puedo armar nada nuevo, los mato a todos”. Y al matarlos a todos, que es la negatividad absoluta, y considerarme por afuera de lo universal, por la mediación que hago con ellos, el universal me cae al matarlos. La posibilidad de la utopía o de cómo imagino una sociedad radicalmente distinta, que eso sería la re-volución, es uno de los problemas que está atado cuando tan sintéticamente dije que había dos problemas filosóficos importantes, creo, en el fondo. Uno, el capitalismo, que es: cómo salimos de él. Y entonces la pregunta siguiente es cómo es posible formular una teoría sociológica y política de otra sociedad a partir de esto que somos, que es el capitalismo en todas sus múltiples variaciones. Y el otro problema es el del mal, que tiene componentes teológicos, o no, qué se yo. Entonces, llevándolo por ese lado y en esta deriva con el problema de la educación y de la filosofía, yo puedo partir de un punto de vista más peronista de trabajar sobre lo que hay y apuntar a fortalecer la positividad de lo que hay… teniendo en cuenta que si sos maestra o maestro y estás cuatro u ocho horas con niños en esta sociedad, en este momento, vos merecés mucha plata. Porque es un imbécil y un cínico el que dice que no, simplemente hay que ponerlo en el lugar, bueno venite y quedate acá cuatro horas con estos chicos y listo. A partir de ahí entonces empiezan todos estos problemas de en qué sociedad vivimos, cómo hacemos para vivir juntos, qué sociedad queremos, cómo formamos y qué papel nos toca a nosotros. Por eso estoy insistiendo con el tema del papel de la vanguardia en Hegel. Hay que aprender de ahí para decir: a mí no me toca ningún papel distinto al que le toca al almacenero, al director de escuela, al taxista, al resto de los ciudadanos. Me toca el papel simplemente de tener en claro cuáles son las inferencias que se pueden sacar a partir de cada posición. Eso sí le exijo al que estudia filosofía y al que es filósofo. Si vos te hacés anarquista, vos tenés que ser consciente de todo lo que se infiere. O si te hacés deleuziano, tenés que ser consciente de las consecuencias que se infieren. O si te hacés nietzscheano, tenés que hacerte consciente de todas las inferencias que se desprenden. A partir de ahí, hacete cargo. Yo me hago cargo, creo, de las inferencias que se sacan a partir de mis posiciones. Creo. Por eso lo estoy llevando al punto de decir, bueno: el problema entonces es cómo imaginamos una sociedad distinta a la que hay. Con qué derecho epistémico y ontológico. No solamente político. Porque, no me quiero poner romántico, pero obviamente la pregunta es por qué los dominados no rompen todo y siguen siendo dominados. Si todas sus familias y todas sus generaciones van a seguir siendo dominadas… durante generaciones. ¿Por qué la Villa 31 no sale y quema el Sheraton? Y el Hilton. Y no nos transformamos ya directamente en lo que George Romero plantea, en Los muertos vivientes. Porque la dominación sigue teniendo efecto, porque el capitalismo sigue teniendo efecto, porque nadie quiere o parecería que nadie quiere que haya una sociedad más igualitaria sino que todos queremos ser los ricos. La subjetividad capitalista es hermosa. Todos queremos ser los más ricos. Nadie quiere compartir con los más pobres. Pero eso ya está planteado por John Rawls. Con lo cual hace falta estudiar mucho más filosofía política analítica anglosajona, chicos. Para entender mejor ciertos problemas y para entender el cálculo que uno puede hacer para decir: A ver, ¿estamos dispuestos todos a que nunca más compremos libros y que todos comamos arroz? ¡Levante la mano quién está dispuesto, sí o no! … ¡Yo!... Ah ustedes no, ah, bueno.

- Sí, también esa pregunta jamás se plantea en serio desde un lugar de poder… alguien que te pueda interpelar.
Pero me parece que esa pregunta la podemos hacer entre nosotros.

-  Aunque, ¿quién va a plantear esa pregunta? Te cuelgan. Y no esa, cualquiera: si podés o no podés comprar dólares para viajar al exterior, te cuelgan.
Por eso. Y ¿a dónde te querés ir de vacaciones? ¿Al exterior? Pero esa es una pregunta de la pequeña burguesía. ¿A quién mierda le importa el dólar? No tengo repuestos para mi laptop ¿Y eso es un problema de quién? Es al revés,  justamente. Vos decís: “te cuelgan”. No, nadie te cuelga: a nadie le importa eso, es lo que está diciendo el gobierno. El gobierno está avanzando justamente planteando estas cuestiones pero nadie quiere tomarlas y bueno, estamos en un momento de decadencia. Después de tantos años, está bien, quieren ver otra cara. No importa, no quiero ponerme tan partidario. Lo que quiero decir es que la cuestión es qué tipo de sociedad estamos dispuestos a bancar para que sea más igualitaria. Eso es un punto muy lejos respecto de qué hay que hacer con la educación y qué con la filosofía. Pero a mí me sirvió la filosofía para llegar a estas cuestiones. Y para poder discutirlas con ustedes. Desde un punto de vista más real. Porque el problema que tiene la filosofía es que por ahí nos abstraemos en discutir Rawls, y ¡no, no me importa discutir Rawls! Me importa discutir la mediación; para qué me sirve John Rawls para entender el problema si es posible una sociedad igualitaria como la que plantea el marxismo. Y ahí entender algo de John Elster, Making sense of Marx. ¿Es posible lo que plantea Marx en La ideología alemana: a la mañana soy pescador, a la tarde soy granjero, a la noche soy intelectual? Dado el cálculo económico de lo que cuesta formar cada una de las tres profesiones, es imposible. Dado el estado de la naturaleza, es imposible que todos en el mundo vivamos como la población ABC 1 del mundo desarrollado. Dado el estado de los recursos naturales, no se va a poder, entonces chicos, a ver… Breaking Bad plantea un grave problema en el seno del capitalismo que es Estados Unidos ¿Por qué no vendemos merca? Mañana me muero… es un problema de Ibsen también, eh. Arranca Breaking Bad con Casa de muñecas: “Lo hago por mi familia”. Tengo un saber técnico increíble, fabrico la mejor metanfetamina en todo México. Si le cuento a mi mujer que está embarazada esperando mi próximo hijo, la hago cómplice. No la hago cómplice, pero me termino transformando, porque tengo cáncer y me voy a morir en cualquier momento, en el mejor fabricante de metanfetamina de México. Y no tengo problema en matar. El quilombo demagogo tiene que ver con eso, matarse o no matarse. “No, no mato”. Bueno, ¿vendo merca o no? “A adolescentes no”…Hay un punto en el cual las series americanas han avanzado tanto en el problema del sentido, incluso con conocimiento filosófico… cuando está el protagonista de Breaking Bad fabricando droga para el traficante más importante y le ponen otro químico y le preguntan “¿y vos por qué estás acá?” y responde “porque soy libertariano”. ¿Quién que no haya estudiado filosofía política analítica anglosajona entiende esa línea? ¿Ustedes saben lo que es un libertariano? Nozick. Hay que ofrecerle al público lo que el público quiere.

-Neoliberales…
No no no: neolockeanos. Porque los neoliberales pueden ser rawlsianos. Liberalistas igualitarios. Estos piensan que el público tiene que tener todo lo que quiera.  Y el Estado tiene que estar para arreglar las carreteras y hacer cumplir los contratos. Los guionistas americanos utilizan ese término, con lo cual quiere decir que en las series americanas está apareciendo un nivel de condensación filosófica y de formación filosófica en los propios guionistas, desde Lost, que ya saben eran John Locke, Rousseau, Bakunin…

- Deben tener en el equipo de guionistas un tipo que…
Es imposible. Es imposible eso que decís porque no lo pueden pasar a acción. Lo pasan a acción, quiere decir, lo meten en la situación dramática. “Yo soy libertariano, por eso fabrico la mejor metanfetamina para que la gente la tenga”. Si la gente quiere consumir yo le tengo que dar. Hay un filósofo marxista de la cultura que a mí me gusta mucho hace muy poco que es Fredric Jameson. Y que en 2004 planteaba lo siguiente: ya todos sabemos que el dinero es lo que vale. Y que nos vamos a morir; porque Heidegger nos enseñó eso. ¿Qué tenemos que hacer? Y tenía una esperanza en América Latina, en el 2004. No sé qué diría ahora, ¿sí? La experiencia de América Latina obviamente, no sólo tuvo a Laclau y Chantal Mouffe, la tuvo también Fredric Jameson. Había una posibilidad de que el mundo desarrollado termine de entender que el populismo no era lo que ellos  creían que era el populismo. Hoy no sé qué dirían, ojo. Pero dado esto: ése es nuestro papel. El capitalismo gobierna en todo el mundo y es lo único universal y el dinero es lo que mide todo ¡Y nos vamos a morir! Ya lo sabemos. Chicos: ¿qué hacemos?

- ¿Considerás que hay obras filosóficas que serían imprescindibles para toda persona, que no deberían faltar en su biblioteca?
Guau.

- Pero para un lego, para alguien que pudiera entenderla en su complejidad.
Me parece que lo mejor que puede hacer el lego es leer Borges. En Argentina. Me parece que el mejor acercamiento es la literatura. Sigue siendo el mayor lugar de experimentación que hemos tenido en lengua española. En Argentina por lo menos.

-¿Y cuando decís Borges pensás en algo particular de su literatura?
En toda su literatura. Hay algo increíble con Borges que es que utilizó la filosofía anglosajona para hacer literatura y la filosofía francesa la utiliza para hacer filosofía. Lee Russell, conoce la discusión entre Quine, escribe un cuento sobre Quain, así, “Quain”, tiene en su biblioteca un libro que edita un curso de análisis matemático que lo leés y entendés análisis y álgebra  matemático de una manera intuitiva, y no tan intuitiva, pero lo entendés, conocía a Cantor… El Aleph es Cantor, las paradojas de Zenón las utiliza para hacer literatura. Hace literatura a partir de la filosofía anglosajona. Y luego cuando Foucault utiliza El idioma analítico de John Wilkins… hay una increíble relación ahí de conexión entre la filosofía posmoderna y la filosofía anglosajona. Todo Derrida está en Borges. La biblioteca de Borges es el hiper link de Glosa de Saer.


- ¿Y obras imprescindibles para los que se dedican a la filosofía?
Borges. Me parece que el filósofo argentino… el filósofo en general, tiene un resumen de la cultura bastante complicada. Por la especialización. Me parece que tiene que leer Borges, tiene que leer Roberto Arlt, tiene que leer Saer… tiene que leer Scott Fitzgerald, tiene que leer Hemingway, que son los escritores favoritos de Deleuze. Tiene que leer D. H. Lawrence, Di Benedetto… tiene que leer poesía, en particular la poesía que aparece con el barroco y el neobarroco…Me parece que el filósofo… Me colocan con esta pregunta en una especie de posición rara, chicos. Tiene que ver con algo que dije antes y con lo que los convoca a ustedes a convocarme. Yo estoy en una posición de intersección. Porque si ustedes fueran escritores, los mandaría a leer filósofos. Bueno pongamos ese caso: ¿de filosofía, qué? Los cínicos. La Apología de Sócrates. Y si te dedicás profesionalmente ya la pregunta es distinta. Volviendo a pensar el objetivo de este encuentro y demás, y lo que a ustedes me parece que los está preocupando… que es: ¿cuál es la conexión de todo esto con los otros, que no hacen filosofía? Y que no son cientistas sociales, científicos, sino: la ciudad. Yo enmarcaría el proyecto de ustedes en la pregunta: ¿cómo hacemos para conectar esto con la ciudad? No con la plaza pública, que sería un problema griego, sino con la ciudad, que es un problema totalmente moderno; kantiano. Y entonces posmoderno. Los libros de filósofos que son para legos, no son de filósofos. Hay que encontrar los filosofemas incrustados en la literatura y en el arte. O en la política. Si ustedes me preguntaran ¿cuál es tu libro de filosofía favorito? En busca del tiempo perdido, que son siete tomos. El sonido y la furia. ¿Y ninguno de Husserl? Sí, el Curso de Lógica de 1896. (risas) Pero entonces me pueden preguntar ¿Y por qué te dedicás a la filosofía? Porque no me animé a dedicarme a la literatura. O bueno en realidad, como Piglia dijo que se dedicaba a la historia porque amaba la literatura, yo digo bueno, porque amo la historia y la literatura me dedico a la filosofía.  No es que me crea Piglia (risas). Aparte Piglia a los 40 años escribió Respiración artificial y yo a los 40 años no sé qué hice, y a los 50 tampoco (risas). No, bueno, yo soy un clown

-Diletante (risas)
Yo soy un clown diletante (risas) Pero es que tiene que ver con el humor. “El humor es la cosa más seria” dijo Stan Laurel a Jerry Lewis. Y el humor es un problema de la inteligencia. No hay humor si no hay inteligencia. Borges es el gran humorista. Quiero decir, no sé qué libro de filosofía pondría en la biblioteca de alguien que sepa de filosofía, no. Hay filosofías, en todo caso y eso va por la literatura. Que es el aprendizaje filosófico que hemos hecho todos los que nos entregamos a la filosofía por el humanismo. Los ensayos de Montaigne, pero yo no lo leí, así que no se los puedo recomendar a alguien todavía (risas). Pero, por ejemplo, yo leo Samuel Becket, pero eso es ya una lectura de tercer orden, sabiendo que ahí están las Meditaciones Metafísicas de Descartes. Y por otro lado hay un montón de escritura literaria en la filosofía, y esto se sabía antes de Derrida con la Gramatología. Nada más que Derrida hizo su negocio a partir de ahí, está perfecto.

- ¿Su negocio?
Cobraba las conferencias diez mil dólares. ¿Sabían eso? ¿Diez mil dólares cuánta plata es hoy? Como ciento cincuenta mil pesos. ¿Cómo te vendrían? ¡Chicos! Si  sos un star de la filosofía cobrás, bueno Derrida enseñó que hay una filosofía para el mercado. Hay que entenderlo. La pregunta es por qué hacer de eso una filosofía en la universidad.

- ¿Y qué libros o autores te influyeron a vos, intelectualmente?
La filosofía y el espejo de la naturaleza, de Richard Rorty. Las clases y los escritos de Roberto Walton;  Walton es el que me enseñó que se podía hacer un Husserl…entendible. De que había un Husserl entendible e inteligible. Incluso un Heidegger inteligible.

- ¿Algo de la sociología?
Pierre Bourdieu. Erving Goffman. La presentación de la persona en la vida cotidiana a mí me reconcilió conmigo, también. Allí Goffman muestra que hay una dramaturgia presente en toda vida social. Brecht y el método, de Fredric Jameson, es un libro que me apasionó, porque ahí entendí que hay un trabajo enorme para hacer todavía con el marxismo y con Bertolt Brecht, con Deleuze y Diferencia y repetición, y con la lógica de Hegel y con el problema del capitalismo. Me apasionó ese libro. Intenté irme a estudiar con Jameson, en los últimos tres años fue esto, él ya estaba jubilado. Dije: “yo quiero estudiar con Jameson Brecht y marxismo”, donde esté, en Estados Unidos. Y obviamente algo tiene que ver con mi carrera y la cuestión profesional que es el reformateo que hacen desde los ochenta Barry Smith, Peter Simons y Kevin Mulligan de la distinción analítico-continental. En la que yo entro por Richard Rorty y por mis amistades, pero que, cuando empiezo a enterarme de lo que estaban haciendo, me empiezan a mostrar que hay otra manera de entender la división analítico-continental y que el mundo no es tan blanco-negro, sino que hay tantos matices. Entonces la historia de la filosofía contemporánea debería leerse de una manera muy distinta y en ese punto, son estos trabajos de esos tres los que me ayudan a apoyarme en una especie de intuición que yo empezaba a tener a partir de ciertos trabajos de Diana Maffía, en la conexión de Frege con Husserl y de cosas por el estilo. Por otra parte, Deleuze a mí siempre me ha acompañado en la creación poética, artística. El Anti-Edipo sigue siendo un texto enorme, si uno lo pudiera comprender.

- ¿Y qué dirías de esas influencias?
Volviendo a las condiciones que planteaban antes, animarse a enfrentarse a la tradición establecida, me parece que sería una de las condiciones de la investigación que habría que establecer, dadas las condiciones que tenemos, que no somos una academia ni alemana ni danesa ni anglosajona ni yankee. Que hay suficiente libertad todavía para poder establecer fuertemente tradiciones de investigación que alteren un poco la tradición recibida, respecto incluso de las tradiciones europeas. Y establecer patrones o tendencias de análisis histórico-filosóficas y sistemáticas sobre esas cuestiones.

- Eso está por hacerse todavía.
Sí, pero se está haciendo ya. Lo tienen a Fabián Mié, a Fernando Bahr, se está haciendo acá, en Santa Fe. Lo tienen a Manuel Berrón, a Adriana Gonzalo.

- ¿Eso no sería una especie de historicismo de la filosofía?
Si hacés historia de la filosofía sí, pero me refiero a hacer variaciones propias sobre lo que ya se dice.

- ¿Y decir otra cosa?
Lo están diciendo. Pero si hacés historia de la filosofía estás condenado a trabajar con eso.

- ¿Y saliendo de la historia de la filosofía?
- Está bien, pero me parece que por ejemplo Adriana Gonzalo está diciendo otras cosas sobre la filosofía de las ciencias. Ustedes tienen una muy buena facultad, como también lo es la de la UBA y la de Rosario. Porque es gente que está muy bien formada. Y nos formamos muy bien simplemente por una cuestión de competencia, porque hay pocos lugares y es lo mismo que están haciendo ustedes. Y los que estamos en filosofía continental europea todavía tenemos que manejar más idiomas, en comparación por ejemplo con la filosofía analítica. Es simplemente algo descriptivo, si te dedicás a filosofía antigua tenés que leer griego, latín, italiano, francés, alemán, castellano y algún otro idioma.

- ¿Cuáles son las diferencias que encontrás en la formación de las facultades que has transitado?
Yo creo que hay que tomar eso que dicen en los centros de estudiantes que es que las facultades son de los alumnos. Y entonces defendiendo el interés de los alumnos se logran modificaciones. Porque más allá de la presión que ejerzan sobre el plan de estudios, el tema es qué interés tienen y qué forma de organización tienen para ejercer presión de otro orden sobre la currícula que se da. El poder es de ustedes, ustedes tienen que ver cómo ejercerlo. Entonces, las diferencias tienen que ver con locaciones, con circulación cultural y temas de moda que están en los distintos lugares. La pregunta es: ustedes, en Santa Fe, ¿para qué tienen esta facultad? ¿Y para qué creen ustedes que les sirve? ¿Y qué tipo de polo de investigación quieren hacer acá? ¿Respecto de qué, de qué otras facultades?  Porque yo en un momento pensaba también que una especie de planificación estalinista diría: si tenemos tres facultades en la región, cada una se tiene que dedicar a un tipo distinto de filosofía. No pueden estar todos en lo mismo, porque eso ya existe en universos que no son estalinistas como el capitalismo, ultra desarrollado. Vos no enseñás cualquier cosa en cualquier facultad, vos tenés que enseñar en la facultad que te contrató, lógica y al día siguiente Nietzsche. ¿Ustedes saben eso o no?

- Bueno, depende.
No, ¿qué depende? Vos te doctoraste en Alemania, aplicás y te contratan en Hong Kong. Un día das los manuscritos del grupo C de Husserl sobre el tiempo, al día siguiente das cálculo de predicados de orden 1 y el miércoles vas a dar ética, ¿en Aristóteles? No, en John Rawls. La ética es algo que existe a partir de John Rawls, qué Aristóteles. Esta idea de que nos formamos y damos sólo el parágrafo 12 de la tercera Investigación Lógica de Husserl del capítulo 1, de la primera edición, no sé de dónde salió. Si en el mundo desarrollado los chicos se forman y después tienen que dar clases de cualquier cosa, cuando consiguen trabajo… No tienen Conicet todos en el mundo desarrollado, saben eso.

- En este mundo tampoco.
En este mundo si tenés 30 años y un promedio de 8 para arriba, que supuestamente en nuestras carreras es lo mínimo, y tenés un director que tiene un doctorado hecho, que tiene un par de textos publicados en la última década…

- Volvemos a la política y a la práctica y con esto terminamos. ¿Observás influencias de ideas filosóficas en la política partidaria actual de la Argentina?
Sí, y no me gusta nada. El tema de la influencia de Carl Schmitt vía Laclau en el kirchnerismo me parece que ha sido bastante complicado porque no se han evaluado las consecuencias. Pero eso también ya estuvo presente antes…pero bueno, ameritaría otra entrevista tan extensa como ésta.

-¿Cómo ves vos el debate político que se da entre los intelectuales que defienden diferentes proyectos políticos en los medios de comunicación?
Parece que era un debate necesario. Si tenemos en cuenta la historia reciente, era necesario que la comunidad intelectual explicitara sus adhesiones generales.

-En vistas a las elecciones de 2015, y teniendo en cuenta los candidatos mejor posicionados ¿cuál es el panorama social y económico que ves venir?
No soy mago, ni astrónomo. Teniendo en cuenta algunas variables macro, se puede decir que habrá que cuidar mucho lo conseguido hasta acá y comenzar a pensar cuándo se podrá profundizar el cambio en la redistribución del ingreso, los derechos humanos, y la situación social en general. Parecería que se está discutiendo soterradamente, cuántos habitantes se van a arrojar bajo la línea de pobreza, y habrá que estar muy atentos para tomar parte en la discusión, diciendo: ninguno, sino al contrario.